Hay gente a la que admiro por tener su vida tan organizada que hasta los paseos están agendados apenas empieza el año. Lo cierto es que para una clase media cada vez más atropellada por los gastos esos gustos a veces se vuelven complicados cuando hay familia numerosa.
Y es que la clave está precisamente en el número de hijos que es directamente proporcional al GASTO jejejeje y uno dice «bueno así lo decidimos en su momento», así que ahora a «tirar besitos».
Pero cuando finalmente se te alinean los planetas y empiezas a hacer planes, los de largo plazo por supuesto son los del extranjero. Empezamos por paseos dentro del país; en mi caso con hijos de diferentes edades tengo que cuadrar horarios y calendarios de trabajos, universidad y escuelas; una logística bárbara, luego a buscar destinos porque a algunos les gusta montaña y a otros nos gusta playa, luego la ingrata tarea de tirar numeritos para ir a pasear y no tener que pasar ninguna necesidad e imprevisto; pensar también en dejar a nuestras mascotas a buen recaudo, porque ir de vacaciones y tener que estar pendiente de la comida y necesidades básicas de los animalitos es todo menos descansar y disfrutar.
Aunque parezca imposible todo eso se puede lograr y finalmente partimos a las tan anheladas breves vacaciones internas (conociendo el terruño), preparados para dormir poco y disfrutar mucho, pasar largas horas en carrerera hablando de cuanta locura se nos ocurra, dormir, reir, escuchar música, estar pendientes a ratos de la tecnología que llevamos a cuestas, y por supuesto lo que jamás puede faltar en un paseo familiar: las peleas entre hermanos; en donde no tienen más nada que hacer que pelearse y contentarse a los dos minutos porque encerrados en el carro no queda de otra jajaja; uno como padre con ganas de tirarlos por la ventana a ratos y en otros momentos ganas de comernoslos a besos porque lo que llueve son ocurrencias. Por supuesto, que no faltan los gritos desesperados por hambre o por sed, alguno tosiendo o estornudando, la desfachatez de echarse flatulencias y la clásica pregunta de «Burro el de Shreck»: «Ya merito llegamos mamá?». Las quejas de cansancio cada dos por tres, el que maneja que usualmente es flamantisimo de repente diciendo que tiene sueño, y yo tratando de mantener esos ojos abiertos así sea haciendo striptease jajajaja y cantando a todo pulmón.
Finalmente se llega al destino, al que hay que adaptarse para dormir, bañarse etc, probar las mil cosas que usualmente no se prueban o comen en casa, tomar muchas fotos, ponerse en contacto con amigos del área, experimentar fascinantes retos y olvidarse al máximo de la rutina que tanto mata.
Llevo años leyendo y escuchando a personas decir que la mejor inversión que hay en la vida no es una propiedad como se ha pensado todos estos años (ojo que es importante un lugar cómodo para vivir), pero los nuevos expertos en motivación, asesores de emociones, life coaching dicen que viajar, despegarse, separarse de la rutina es el mejor remedio para depresiones, aburrimientos, frustraciones y hasta para oxigenarse y ponerse más creativo. Al final del camino es lo único que nos llevamos: LO BIEN VIVIDO, pero esa ecuación toma grado de excelencia si lo haces con la gente que amas; esos recuerdos son insuperables.
En toda esta revolución/evolución que estoy viviendo en estos momentos y ya hace un tiempito estoy determinada a olvidarme un poco de poner mas confortable mi casa o de repente compra algún carro nuevo porque lo mio es vivir y hacerlo a lo grande, con mi gente favorita en el mundo mundial.
Tengo amigas hermosas y maravillosas que no solo me impulsan a que lo haga sino que me orientan y apoyan para alcanzar todas esas metas planeadas de viajes a destinos soñados que ahora seràn realidad. Y yo por supuesto les iré contando.
Deseanme suerte porque la vida está para vivirla y en eso ando; pero les deseo a todos que lo hagan igual que yo y experimenten la más deliciosa de las liberaciones.
Buenísimo Oris! Muy de acuerdo e identificada contigo. Se alinearon los planetas y casi que en secreto hemos logrado salir de la rutina y viajar en auto hacia Boquete con mis tres hijos y esposo. Justo y necesario!
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Conocer viajar disfrutar es cultura es libertad. A disfrutar prima a crear recuerdos y salir de la rutina.
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