No es ningún secreto que Panamá es un país pequeño con pocos habitantes y en aquellos 80’s cuando yo era niña y adolescente eramos menos por consiguiente aquí no llegaban muchas cosas a las que solo pocos (los que viajaban tenían acceso), entiéndase a quienes podían viajar al extranjero.
En Panamá habían muy pocas tiendas exclusivas; si mi mente no me traiciona puedo mencionar rapidamente algunas como: Felix B.Maduro,Danté,Harpers Bazar,Sarah,Otras como Diorvet,Bazar Madrid,Bon Bini y algunas otras en Vía España y áreas aledañas y las clásicas Boutiques pequeñas que ya tenían su clientela y que ofrecían hasta crédito a sus clientas de confianza. Las tarjetas de crédito eran reservadas para personas con ciertos ingresos y los bancos eran realmente exigentes; así que la clase media y media baja no todo el tiempo podía comprar en estos exclusivos almacenes y fue en esos momentos en que algunas personas vieron la oportunidad de negocio frente a sus narices empezaron a viajar a Miami y Nueva York principalmente compraban ropa y zapatos, regresaban y (desde su propia casa) a vender a crédito persona a persona (aunque no lo crean basado únicamente en la buena fe de la vendedora) porque en la mayoría de las veces no había de por medio ningún pagaré, ni contrato ni nada; todo era un trato de palabra entre ambas partes. Y adivinen como era el método de pago?: pues los días de quincena la Vendedora/comerciante se iba personalmente con su libretita de recibos hasta el trabajo o la casa de cada una de sus clientes, nada de banca en línea, transferencia o pago a cuenta, a expensas de que muchas no pudieran abonarles.
Quienes no podían comprar ni en los almacenes que mencioné, ni a las vendedoras independientes les tocaba ir a los almacenes populares que tenían una ropa espantosa cuyas propagandas televisivas era doblemente más espantosas.
Poco a poco pasó el tiempo y hemos visto como creció nuestra hermosa ciudad llenándose de Centros Comerciales y Mall en donde hay una oferta competitiva día a día de ropa una más bella que la otra (sin contar lo que nos llega por el mercadeo de tv y redes) y ni hablemos de los accesos a las tarjetas de crédito que han ido en aumento de los noventa a esta parte.
Hemos llegado al punto en que los que pensaban que andar de «marca» disque cara era ponerse las deportivas y lo más costoso que encontraramos en los almacenes finolis.
Nuestros ojos se han abierto y lo que antes se veía solo por tv en pasarelas de Europa llegó a Suelo istmeño. Marcas como: Guci,Ferragamo,Fendi,Louis Vuitton,Dior,Armani,Chanel,Dolce & Gabanna,Carolina Herrera y otros.
Lo realmente asombroso no es que existan y ya esten aquí sino que haya quien pueda comprarlas sin ningún reparo y relax cero stress (una comprita más), es más tenemos un mall que es la oda a estas exclusivas tiendas.
Personalmente me siento muy felíz y orgullosa de los avances de mi país; sin embargo al mismo tiempo han llegado marcas que quizás no son de diseñador ni son tan fufufu pero si sabes escoger, tienes buen gusto, te calza de maravilla y te sientes estupenda no es necesario gastar tanto e igual quedas bien representada.
Todas las mujeres quisieramos vernos vestidas de diseñador de día y de noche pero a veces tiene más mérito buscar dentro de nuestras posibilidades algo que nos vaya como anillo al dedo y que todo el que te vea voltee y te diga «que guapa que siempre te ves». Saber encontrar ese equilibrio no tiene precio y da grandes satisfacciones.
Seamos cuarentidivas, cuarentisexys y encima creativas y seremos admiradas. Amén de que lo realmente importante no está en la ropa sino en nuestras mentes y corazones.
Solo para el record; se consiguen cosas divinas, estupendas en tiendas de saldos tanto en Panamá,Estados Unidos y hasta en la web. Quien diga que nunca las ha visitado miente jajajajaja
Les quiero mis divas y divos.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...