Hace un par de años, cuando decidí compartir, desde mi perspectiva, con mis seguidores mi afición por las monarquías y todo lo que se mueve a su alrededor, ni en un millón de años me hubiese imaginado que había tanta gente interesada en un tema tan lejano que pintaba como que a nadie le importaba, y yo me decía: “la rara soy yo, es mi guilty pleasure leer sobre esta gente, y es algo íntimo personal”, me han dejado con la boca abierta.
Ha sido tan así, que me siento como en la obligación de aprender más, de leer e instruirme mejor, porque hay algunas seguidoras que inclusive leen más que yo y hasta notan detalles que a veces paso por alto.
Nunca la intención fue dar información formal tipo “oficina de prensa” de ninguna casa real, porque al final, lo que ellos dejan ver es solo lo conveniente, lo bonito y bien trabajado.
Lo mio es esa información muchas veces oculta, que algunos no manejan y que antes se podía controlar más, pero con la era de la tecnología, y eso de que la vida se pone cada vez más cara, pues la información delicada o sensitiva tiene su precio y se difunde con mucha rapidez y facilidad, si antes los royals Europeos se sentían en el ojo de la tormente y con el foco puesto encima todo el tiempo ahora la cosa es peor.
Gracias a ese placer del conocimiento royal, he conocido a gente maravillosa y una de esas top es mi amiga Judy, ella inquieta, creativa, proactiva, decidida y de armas tomar, un buen día me dice: “que tal si juntamos ambos conocimientos, el tuyo con los royals y el mío en etiqueta, protocolo, puesta de mesas, planeación de eventos en general y hacemos una tarde de té muy al estilo royal que le va a encantar a nuestros seguidores.
De ese modo incentivamos a la gente a que haga de su casa un ambiente hermoso y bien arreglado para compartir con su familia y amigos, con lo que tengan en casa guardado “disque para grandes ocasiones” que en muchas casas no llega y se queda guardado allí de por vida”.
Le dije que me parecía muy bien, pero dejé la inquietud en pausa, porque aún estábamos atravesando la terrible pandemia, y había que ser prudentes; no se habló más del tema hasta que pasaron unos meses y el tiempo de Dios, que es perfecto, me hizo pensar que era momento para preguntarle a Judy si todavía estaba en pie el ofrecimiento.
Ella se activó de una vez y de ese modo se empezó a fraguar, una tarde de té en Panamá a imagen y semejanza de mi abuelita la reina Isabel, en Buckingham Palace.
Pensé que sería una versión light, pero Judy no sabe hacer nada que no sea top, con grado 10/10 jajajajajaja ella pone toda la carne en el asador. Y siempre los resultados son excelsos.
Hace poco conversaba con algunas personas, y decía que damos la vida por sentada desde que nacemos, en muchos aspectos, pero es porque no conocemos otra cosa y se convierte en costumbre de vida.
Un tema que ya ni le paramos bolas, es el clima. A todos los que nos ha tocado nacer y vivir en un país totalmente tropical como mi hermoso Panamá, nos hemos ido acomodando y aprendiendo a vivir entre humedad y clima loco, días con lluvia sin parar (casi 9 meses al año) y de repente un día: sol que tuesta y brisa que tumba.
En una ocasión escuché a una extranjera residente, decir que ella admiraba muchísimo a las panameñas que con un clima tan terrible y maltratador para el cabello, todas buscábamos la manera de que el blower nos durara y siempre estamos regias. Ja, ja, ja me reí mucho, enseguida pensé que lo que tenemos son años de experiencia, las que tienen cabello lacio a prueba de “rainforest” como dice mi amiga Analisa, se salvan, pero la mayoría tenemos algo de carabalí en nuestro árbol genealógico, por ende desde chicas nuestras madres nos llevaron a poner “amansa guapo” en estos cabellos y a doblegar el desgraciado frizz.
Cuando llegamos a adultas somos unas expertas en mantener el cabello controlado, para vernos presentables en oficinas y vida social en donde abundan las fotos; lo más interesante es que muchas hacen ejercicios y con todo y eso => regias, a los cabellos les metemos “buco candela”. Menos vernos acabadas como reinas de carnaval en miércoles de ceniza.
En otra ocasión escuché a un señor decir: “he viajado mucho y conocido muchos países, y de verdad no se si decir que Panamá es uno de los países más calientes del continente o uno de los más fríos”; y valga el análisis, es muy cierto que vivimos refrigerados, porque nuestra calor no es normal, esa combinación de calor de horno con humedad casi del 100% es sofocante a niveles insospechados, se suda como si fuese gel jajajaja quedamos pegajosos, como si nos hubiesen echado un pote de pegamento encima.
La solución que se ha acresentado con los años es que tenemos acondicionadores de aire en todos lados, hasta en carros y servicio públicos, que antes no tenían, ahora taxis, autobuses y el metro también están refrigerados.
Con esto de la cuarentena, flamantisimo y yo hemos descubierto nuevos entretenimientos para compartir juntos en la tranquilidad de nuestra casa, nuestro remanso de paz. Somos de esas pocas personas raras que amamos estar en casa.
Uno de esos entretenimientos, que ya teníamos, pero hemos reforzado es ver series de suspenso y acción, algunas policiacas y otras de ficción que nos llaman mucho la atención como los viajes en el tiempo y toda esa ponchera.
Debo reconocer que me gusta ver cosas que me entretengan y no me estresen, siento que ya la vida es suficientemente pesada para andar nerviosa por ficción; la primera película que vi sobre viajar en el tiempo al pasado, fue “Volver al futuro” hace ya bastantes años y la verdad era una historia bastante light y divertida.
En todo este tiempo casada con él, había visto algunas otras historias parecidas.
Pero, con todo este revuelo de Netflix en la vida de la humanidad, ha sido una perdición, es la nueva forma de traicionar y sentirse traicionado entre esposos jajajaja sí una pareja empieza a ver una serie y de repente alguno de los dos ve un capítulo en solitario, eso entra dentro de la categoría infidelidad. 🤣🤣
Una de las primeras series que vimos se llama Outlander, básicamente se trata de una magnífica serie ambientada en los años cuarenta cuya protagonista se transporta 200 años atrás. Una de las frases que me marcó fue cuando ella relata que era como imposible pensar que se pudiese viajar en el tiempo y que a ratos sentía que había quedado loca o se trataba de un sueño, pero que había descartado esa posibilidad porque la fetidez que despedía el tipo que la había rescatado en aquel tiempo, era algo que ella no hubiese podido imaginar ni en un millón de años; en ese momento algo hizo “clic” en mi fértil pensamiento imaginativo y empecé a ponerme en los zapatos del personaje.
A ratos me quedo con mis pensamientos más extraños sobre eso y a ratos comparto algunos con flamantisimo, quien siempre comenta jocosamnte al respecto.
No se si ustedes saben, pero hay personas en este mundo que creen en todo tipo de teorías de conspiración y existen inclusive expertos en el tema de viajes en el tiempo y toda esa locura, pero una de las teorías dice que si se pudiese viejar atrás en el tiempo cualquier mínimo cambio en ese pasado afecta extraordinariamente en el presente, las cosas serían totalmente diferentes, aquí es donde uno dice: pero que pretty, eso significa que puedo cambiar las cosas para que todo me resulte mejor y ahorita tener todo lo que quiero, pero resulta que con ese pequeño cambio que hicieses a tu favor cambiarías el entorno de todo lo que te rodea y de todas las personas directa o indirectamente que tuvieron aunque sea contacto lejano o por asociación contigo. Es una cosa que habría que hacerle gráficas a quienes no entendan. Les confieso, que a dicerencia de un poco de gente que dice que si volviera a nacer haría exactamente lo mismo en su vida; yo valientemente digo que regresaría a mi adolescencia y mi juventud adulta a arreglar un par de cosillas que merecen ser cambiadas un poquito, por supuesto que velando por que no se forme una catástrofe ahora, y siempre vigilando los planes que incluyen a flamantisimo y mis chiquillos de porra.
Retomando el tema del viaje a hace 200 años, en broma le digo a flamantisimo “amor imagínate que ella en la serie extraña un inodoro aseado y bañarse todos los días en una ducha y no en agua empozada en tina.” No quiero ni pensar como me iría a mí en los 1750 por allá, sin mi ducha para bañarme diario, no puedo concebir la idea de no oler bien y no usar desodorante, ni cremas, ni splaches de Victoria Secret o Bath and Body, pensar en los calores, en los mosquitos, en la falta de medicamentos para dolencias que hoy son sencillas de curar, y ni hablar de la parte vanidosa, el cabello terco rebelde que tengo sin salón de belleza, ni tinte, ni la depilación (se imaginan?) jajajajaja, y qué me dicen de los días de menstruación?
Yo le digo: “amor yo creo que viajaría con mis artículos de aseo personal y mi blower con el cepillo redondo y mi plancha, Él me dice: “sí?? Y dónde vas a conectar ese blower? Yo: “ay! Amor recuérdame empacar también una planta eléctrica pequeña o un par de paneles solares, lo que pueda poner más rápido”, él: “gorda recuerda que viajas al pasado a través de una piedra, no con un camión de mudanza” jajajajaja no saben cuanto me río mientras escribo.
Luego pienso en caminar bien fina y divina con mi pamela, y luego recuerdo las calles no pavimentadas arrastrando esos vestidos de época con cien mil capas en ese tierrero, me puedo morir, de tanta tela y de tanta tierra, y se me pasa como la rana René.
Pero lo peor de todo, sin duda alguna, sería el no tener ni voz ni voto, en aquella época era literal el dicho panameño que reza: “Las mujeres hablan, cuando las gallinas mean”, o sea nunca mana!! Me da un faracho con soponcio, no poder emitir mi opinión ante los hombres, ni pegarme un buen arrebato de vez en cuando, que coraje!! Quedaría en los libros de historia como la ahorcada por bocona, gritona y boqui sucia, pasando mi pena.
Finalizo este breve viaje imaginario al pasado en compañía de todos ustedes solo para decirles que doy muchas gracias a Dios! Porque estoy en esta época y no en aquella en que pasar trabajo era el deporte mundial, aunque ninguno de ellos lo sabía, uff! Soy mala pobre de verdad con estas calores el acondicionar de aire también es vital.
Me despido de ustedes no sin antes preguntarles por mera curiosidad, qué llevarían en su viaje al pasado?? (Me refiero a hace 200 años)…Les leo porque creo que me voy a divertir y mucho.
El día de hoy voy a unir dos temas que son de mucha importancia.
Hace poco se conmemoró el día Internacional de la Mujer y seguidito nos enteramos del primer caso de coronavirus en Panamá; como siempre les digo, la velocidad que lleva la vida me supera y no había terminado de ordenar mis ideas para escribirles un artículo cuando se dan nuevos acontecimientos que todo lo cambian.
Tratando de no perder la razón y el equilibrio me dije; pues escribe sobre el impacto y la huella que podemos dejar las mujeres ante la terrible situación que estamos viviendo.
La humanidad en pleno sabe que nosotras somos el sexo fuerte, dadoras de vida y aguantadoras profesionales, las mujeres, sin saberlos, contamos con una fortaleza interna tanto física como emocional que la mayoría de la veces sale a relucir cuando nos vemos en peligro o vemos a nuestros seres amados en peligro.
Hace poco una amiguita conversaba conmigo y surgió su curiosidad del por qué yo había escogido el nombre de Cuarentidiva para mi blog; y me dijo cosas muy válidas, como por ejemplo si buscamos en google la palabra diva, salen un poco de fotos y descripciones de mujeres altaneras que no tocan el piso y no le hablan a cualquier persona, al final cual era mi punto?
Me quedé pensativa y regresé mentalmente a mi momento inicial, aquel en que no sabía ni lo que era un blog, pero debía encontrar un nombre que me definiera para poder arrancar.
Y con mucha claridad recordé lo que sé que le ha pasado a miles de mujeres, estaba a principio de mis 40’s , con un matrimonio largo, una carrera consolidada y 3 hijos, pero a ratos me sentía atribulada, aburrida y en ocasiones abombada de la monotonía y la rutina, mi escape era leer y escribir en mis redes personales los cuentos de mis hijos que desde que nacieron han sido ingeniosos a más no poder. No me atrevía a comentarle a mucha gente mi fastidio general, porque la gente tiende a juzgar y francamente tenía y tengo una vida muy bonita pero necesitaba algo que me llenara de entusiasmo y me hiciera sentir que como mujer queda mucho que dar y compartir, mucha gente, todavía, tilda a una mujer de más de cuarenta como si fuese un fósil (qué les pasa?), jajajajajaja.
Estamos en vísperas de navidad y llevo varios años compartiendo con mujeres maravillosas el día del espíritu de la navidad; confieso que era ignorante total del tema pero he aprendido finalmente como es la magia de esa dulce espera y me encanta, de hecho la comparto con flamantísimo y mis hijos en casa.
Me parece fabuloso y apropiado compartir con ustedes, justo ahora, el poder de pedir las cosas que se desean; he sido protagonista del poder de la fe y la esperanza y de que cuando se pide al cosmos, universo, en mi caso a Dios, todo se va acomodando y las cosas llegan.
Hace casi 17 años, flamantísimo y yo teníamos unos pocos años de casados, vivíamos en nuestro primer nido de amor, un apartamento de 100 metros, muy bien repartido; allí nació nuestro primer hijo y pronto nos dimos cuenta que el espacio se nos hacía pequeño, y más si teníamos pretenciones de tener más familia, pero era solo un pensamiento fugaz, nuestros salarios no eran nada “ejecutivos” jeje, y francamente no nos pusimos a buscar casa ni nada de eso, solo fluímos y la vida seguía.
Un buen día uno de mis mejores amigos, que trabajaba en un sitio en donde vendían casas, me llama y me dice que le han facilitado las llaves de unas casas y que si nosotros deseabamos ir a verlas sin ningún compromiso; yo llamé a flamantisimo y al salir del trabajo nos fuimos a ver las casas. Tengo que confesarles que iba sin ninguna expectativa de nada, pero al entrar a la primera casa fue como una epifanía; de verdad no sabía cuánto deseaba mudarme del apartamento hasta que se abrió esa puerta y me permití soñar un poco.
Habiendo pasado unos cuantos días luego de la celebración del día de las madres, este año dije: “voy a escribir sobre un tema muy común y popular entre las madres, en el que realmente todas nos podemos ver fotografiadas”. Y adivinen que es??, jejeje pues los famosos grupos de whatsapp de mamás tanto del colegio como de actividades extra curriculares de nuestros hijos.
Antes de empezar, hago la aclaración que con mis palabras no me voy a referir a nadie en especial ni particular, para evitar resentimientos y malos entendidos, porque ahora resulta que todo mundo se ofende por todo, de manera que los invito a leer con mente abierta y jocosidad.
He tenido la oportunidad de estar en varios grupos porque soy mamá de tres hijos y como mujer curiosa y conversadora también me he nutrido de los cuentos de muchas otras madres. Solo comentaré sobre los más conocidos.
Toooooda mi vida he sabido que las mujeres somos intensas, temperamentales, hormonales y que cuando nos juntamos nos potenciamos, así que figúrense ustedes por qué será que ningún papá desea entrar en ese temido grupo. Existen algunos pocos valientes que están por necesidad.
Voy a enumerar algunas de las figuras más llamativas e infaltables en estos grupos:
Usualmente no menciono situaciones de libras, kilos o peso de la gente en mi blog, mucho menos mio porque no es mi línea, pero cuando encuentro inspiración para escribir de mis cosas cotidianas como ahora, voy madurando un tema a través de mis recuerdos y vivencias.
Es importante recalcar de antemano que ya poco me importa el asunto del peso por estética, de hecho hace unos días fui invitada a un programa de tv y de repente mientras hablaba al aire, me salió como una especie de vómito verbal y sin pensarlo mucho, dije: “ya estoy en una época de mi vida denominada FELIZ, precisamente porque el peso no me importa nada”, cuando salí del programa me quedé analizando y pensé “oh wao! Soy tan feliz y conforme como estoy y me siento segura de quien soy que ya lo suelto así libremente” jajajajajaja me reía sola, pedazo de descarada, pero es la verdad.
Por supuesto que debo confesarles que me acompleja la panza, no soporto que me pregunten si estoy embarazada (eso no aplica cuando ustedes ven una gordita oye!), mejor callar antes de meter el patón, pero lo cierto es que la mantequita chicharrona está allí y en ocasiones no la puedes ocultar ni con faja. Si tuviese los ingresos voy y me opero y me quito la lonja de la panza, aunque no me crean la celulitis que pobla mis muslos y las estrías son mis marcas de batalla de vida y ni me interesa quitarlas, ellas se pueden quedar bien contentas donde están, solo deseo eliminar la panza y ya…
La vida va a una velocidad tan supersónica para mí, que apenas hace poco tiempo reparé que hace tan solo 10 años atrás no existían redes sociales, y el ciber espacio no estaba a tan solo un clic de nuestros dedos en el extremo de nuestros brazos.
En aquellos años, si querías buscar o investigar algo tenías que sentarte en alguna computadora y eso de wifi era tan solo un sueño en la mente de muchos; sé que se me va caer la cédula con lo que voy a decir, pero hace 15 o 20 años para conectarse debía ser a través de un modem que rechinaba tan horrible que su sonido te perturbaba el oído y cuando finalmente se conectaba, todo era la lentitud a paso de caracol, me da risa porque recuerdo que para bajar música con la finalidad de “quemarlo” (o sea grabarlo) en un CD, teníamos que dejar el listado de las canciones desde la noche anterior para que en la mañana al despertarnos estuviesen descargadas las canciones y así entonces poder grabarlas; por supuesto eso suponía dejar toda la noche la computadora encendida con el modem andando y a veces se caía la señal y se reiniciaba y el escándalo en la madrugada jajajajajajajaja muero de risa solo de acordarme de esa marginalidad, y ni hablemos de la gastadera de luz sabrosa, esas computadoras consumían como si fuese un estadio.
Hoy, más que echarle porras al amor (que me encanta), porque soy una enamorada del amor total. Me fascina el enamoramiento, el coqueteo, los mariposeos etc etc, que todos hemos sentido.
Les conversaré sobre ese nuevo amor que miles de mujeres esperan, esperan y siguen esperando. No se si es cuestión de la época en que estamos viviendo, o es el país, que se yo; pero en Panamá hay un fenómeno de “falta de galanes” preocupante.
Muchas hasta relajean diciendo: “Es que del 100% de los hombres que valen la pena el 75% ya está ocupado, el 20% son gays y solo el 5% anda por ahí buscándo a ver dónde cae”.
Esa es una estadística inventada pero créanme que a veces parece cierta.
Ya ni siquiera se puede decir que ellas están a la espera del multimillonario Christian Grey que les ponga el mundo a sus pies, porque han entendido que esos están practicamente extintos, y resulta que ellas son mujeres emprendedoras o muy preparadas que la parte económica la tienen cubierta.