La vida está hecha de pequeños momentos, unos tan buenos que deseamos recordar y seguir recordando siempre y otros que no tanto, pero esos dejan enseñanza.
Cuando nacemos nuestro todo son los padres y hermanos (los que llegan a tener), luego entramos al colegio y nuestro círculo se amplía por primera vez, allí conoces compatibles contigo y otros no tan amables pero adivinen?, de esos se aprende. Jejejeje
Y vas caminando por la vida, sales del colegio vas a la universidad luego a trabajar en ese lapso de tiempo de repente conoces tu gran amor y te casas o te empatas y el circulo se amplía cada vez más, hay gente que va dejando huellas, amor, buena energía, hay quienes quizás no frecuentes mucho pero cuando la ves es como si no hubiese pasado un solo segundo.
Otras personas están en su búsqueda del verdadero amor que no llega enseguida pero llega en su justo momento o llega luego de besar varios «sapos» o «ranas» jejejeje
Y la vida sigue como montaña rusa a veces arriba y allí es cuando debemos levantar las manos y aprovechar gozar cada segundo, pero cuando estamos abajo que hay ocasiones en que todo se ve como en un túnel oscuro, desesperante, frustrante, con muchos temores debemos hacer uso de una de las bendiciones que se nos asignaron al llegar a este mundo, la muy necesaria «ESPERANZA».
Ante situaciones difíciles no controlables como la llegada de desastres, enfermedades, muertes, desilusiones solo la Esperanza logra mantenernos de pie, ese deseo de que todo mejore, esa certeza de que volveremos a subir y tomar un respiro.
Hay pruebas muy duras ( en mi país este 2016) hemos experimentado por primera vez una colita de huracán y ha sido lección difícil para la que nadie estaba preparado, porque siempre hemos sido bendecidos.
Por otro lado existen quienes siempre han estado en la parte alta de la montaña, siempre en la buena, sin mortificación alguna, que el problema más grande que tienen es escoger el color de ropa que se van a poner al día siguiente y planear el próximo viaje de placer. A esos les cuesta horrores entender a quienes están abajo, a quienes han tenido que usar la esperanza varias veces, hasta para sobrevivir, de hecho ya la tienen hasta gastada de tanto usarla porque no tienen otro remedio. Y es allí donde viene el choque que no se entiende, el de arriba de la montaña solo sabe quejarse sin justificación, juzgar y señalar a quien está en otro posición diferente. Es tan común esa conducta en el mundo, que ya existen hasta libros (novelas) que hablan de castas superiores e inferiores como si no nos fueran a comer a todos los mismos gusanos. Cuando alguien fallece, en el cementerio no hay status solo para que sepan.
Lo que al final del camino, de esta tanda profunda, debemos entender es que somos de diferente carácter y pensamiento, que al parecer esa fue una decisión divina para ver si eramos berracos de verdad y sabíamos usar el libre albedrío que tanto pedimos al inicio de los tiempos; lo segundo es que la esperanza tiene mayor efecto cuando hay alguien a tu lado acompañándote y apoyandote sin criticarte, ni juzgarte ni cuestionarte, solo demostrando que nadie está por encima de nadie, que los líderes, no lo son porque se imponen, sino porque inspiran a otras personas que deciden voluntariamente seguirlos y eso es algo que viene en el ADN no se compra por ahí. Y eso señores se llama caridad.
La Fe para los que somos creyentes (en cualquier religión OJO) es la manera de comunicarnos con nuestro ser supremo para poder alimentar nuestra alma y seguir.
Pero la esperanza es otorgada a todo ser viviente así no creas en nada, es el flotador que te regala la vida para que cuando necesites ayuda te montas y sigues navegando. Aquí el asunto está en jamás dejar de patalear. Hay que patalear hasta nuestro último suspiro.
Moraleja: Los que están arriba no les cuesta nada dar esa ayuda a quien lo necesite, eso habla muy bien de ellos y juega en favor de quien lo practica.
Juntar la Fe, Esperanza y caridad es un arte. Esa es la misión…