Esta vez sin Resoluciones!

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Ha habido algunos años que me he tomado la libertad y el atrevimiento de hacer una listita de resoluciones, y digo atrevimiento porque yo puedo proponer todo lo que me de la gana pero quien dispone es Dios; dicho esto también es importante saber que somos artífices de nuestro propio destino con el libre albedrío que él mismo nos regaló.
Hay años en que no hago la listita porque con lo exigente que soy si no las cumplo todas, llega la frustración pero hasta eso ya poco a poco estoy aprendiendo a controlar.

Algunas de las personas que han sido mis guías espirituales y emocionales a ratos han coincidido en algo puntual: “mejor recuerda y anota tus bendiciones y tenlas presente siempre para que puedas agradecer y del agradecimiento se abre una puerta de abundancias de todo tipo”, básicamente es eso; así que como yo soy bien juiciosa hago caso y trato de tener siempre presente los años en los que tuve cambios significativos positivos que me llenaron de alegría como 1997 (año que empecé casándome), 1999 (llegada de mi primer hijo super esperado y amado), 2004 (llegada de mi segundo hijo “el sandwich”, bello, especial), y no menos importante 2010 (llegada inesperada de mi tercera hija “obsequio del cielo” luz de nuestra vida), básicamente fueron los años que recordaré a detalle para siempre porque cada uno trajo emociones increíbles. Como segundas bendiciones por supuesto el día que con mucho sacrificio compramos nuestra casa, el día que mandé a la porra a un jefe tirano para convertirme en emprendedora y el día que me compré mi primer carro de agencia jajajajaja satisfacciones menos importantes pero satisfacciones al fin.

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Y Regresa DICIEMBRE!

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Recuerdo claramente mis navidades de infancia y adolescencia cuando desde el primero de diciembre había brisa que tumbaba y el sol más brillante acompañados de noches muy frescas, entraba el verano casi de un día para otro y yo disfrutando de eso y de la expectación por los regalos (única preocupación), claro, en ese momento el motor de la casa (mi mamá) se ocupaba de todo, a mi solo me tocaba ver el corre corre y comer.

El tiempo avanza sin clemencia y resulta que ahora soy yo la mamá, soy yo la que anda en el corre corre junto a mi mamá que insiste en seguir corriendo jejejeje, quien nos entiende verdad??, en definitiva los tiempos cambian y podemos pasar a nuestros hijos tradiciones y adoptar nuevas tendencias.

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