
Hace ya más de un año he tomado la decisión de crearme el hábito de revisar mi interior todos los días, luego de despertarme y dar gracias al cielo por todo lo que me ha dado, empiezo puntualmente a ver lo que siento que debo mejorar en todos los aspectos de mi vida; en la búsqueda de minimizar nervios, ansiedades, preocupaciones, estreses, que no abonan en nada a la armonía de mi vida y la de mi familia.
Es entonces que, de vez en cuando, leo artículos o libros que me atraen al respecto y por supuesto no podían quedar por fuera algunos documentales de plataformas web.
Es así como flamantisimo y yo encontramos un documental en el que daban testimonio dos monjes ya mayores (uno de ellos el denominado hombre más feliz del mundo), estuvimos totalmente concentrado en lo que decían este par de señores.
Sorprendentemente, lo que dijeron no era nada que no supieramos, ni nada que solo con sentarse un ratito a meditar, nuestro sentido común no nos pueda decir. Ese precisamente es el punto, la gente ni hace pausas, ni se sienta a meditar y generalmente no le gusta usar el sentido común.
El protagonista de la serie, quien decidió ir a un fin de semana intensivo a escucharlos (hombre de treinta y tantos con mucho stress y ansiedad, como él mismo dijo), preguntó que cómo él podía hacer para bajar sus niveles de nerviosismo y ansiedad y para no tener insomnio?, cosa que nos pasa a casi todos.
El monje le contestó que es preciso que ante una situación de apesadumbramiento o angustia, lo ideal es hacer un alto y sentarnos primero a observar lo que ocurre, identificar qué es lo que nos inquieta y pensar en las medidas que se deben tomar para resolver de la mejor manera eso, que generalmente debe ir de la mano de “dejar fluir las cosas en su debido tiempo y curso” y puso un ejemplo que me impactó.