Tengo una amiga de años que sufrió maltrato infantil por parte de su progenitor durante toda su infancia (desde los 4 hasta los 17 años); ella cuenta que fueron momentos espeluznantes que le robaron felicidad, autoestima, seguridad y encima tenía una terrible sensación de falta de protección; ya que su madre consideró siempre equivocadamente que ese señor la corregía, por consiguiente nunca lo detuvo.
Ella creció y eventualmente se enamoró de un hombre extraordinario que era la antítesis de aquel progenitor que era todo menos buen esposo y padre.
Formó una familia hermosa y poco a poco se dió cuenta que sus fantasmas de la niñez la perseguían hasta que tomó cartas en el asunto y el amor que sentía por sus hijos y su esposo la empujó a desprenderse de todos esos temores, buscar ayuda y encontrar consuelo al dolor y los complejos que la habían acompañado toda la vida.
Saben qué? lo consiguió, ella siempre ha sido una persona estupenda, la quiero muchísimo.
Luego de hacer un trabajo muy difícil y bueno, logró reparar muchas cosas de adentro para afuera; porque es de allí precisamente de donde viene la verdadera belleza y sanación.
Se convirtió poco a poco en una mujer un chin más positiva, alimentó su autoestima a diario (y lo sigue haciendo), se llenó de fe y esperanza y eso a su vez la colmó de valentía y fortaleza (esa que se necesita para salir de los huecos más profundos).
Mi querida amiga ya no se niega el amarse ella misma; porque sabe que de esa manera amará más y mejor a sus hijos y que esa es la clave para sembrar en ellos la certeza de que todo lo pueden lograr y conseguir.
Este cuento para demostrarles que todo se puede lograr en la vida aunque los comienzos no hayan sido los mejores.
El nacer mujeres ya es una bendición grandísima; porque somos dadoras de vida, seres llenos de luz, estupendas haciendo varias cosas al mismo tiempo, con mucha intuición y además somos el poder detràs del poder (aunque algunos utilicen esa frase como relajo).
Nuestro único error es enamorarnos locamente, porque no siempre ese amor es bien dirigido hacia un hombre que lo merezca y menos aun, bien correspondido.
Y eso aplica para todos los aspectos de nuestra vida; no todo el tiempo vamos a encontrar a un buen jefe hombre; ya por el simple hecho que muchos piensan que son superiores, o más inteligentes, o màs capaces (y en esa misma medida ganan más $$$).
Porque lamentablemente por años de años así fuimos criados; es màs; hubo épocas en que el hombre decidía por su esposa y por sus hijas absolutamente todo. Las mujeres opinaban cuando las gallinas hacían pis. Así debía ser o sino mínimo eran unas perdidas.
Las cosas han cambiado; soy fiel defensora de la igualdad y tal parece que en algún punto del camino alguien pensó igual que yo y creó el Día Internacional de la Mujer, para recordarnos a que la igualdad debe ser para todo (trabajos, salarios, deberes en casa, crianza de hijos etc) y creo que falta poco para que de verdad lo logremos, solo hace falta ver los periódicos cuando sacan las fotos de los graduados de la universidad (las mujeres dominando en todas las carreras cada vez más).
Más que como mujer, como ser humano valoro mucho el deseo de superación, el dejar atrás todas aquellas cosas que no nos permiten avanzar, pasar la página y aprender a reconocer cuando existe algo fuera de nuestro alcance. Pero siempre siempre avanzar y no detenerse aunque nos equivoquemos.
Le dedico mi blog de hoy a mi amiga que quiero muchísimo y admiro por todo lo que ha superado. A todas mis otras amigas y conocidas «cuarentidivas» cada una con su historia, con su fortaleza, que las empuja diariamente a ser mejores personas.