
Cada vez que llegan días patrios, escribo sobre lo orgullosa y privilegiada que me siento de ser panameña, porque a pesar de algunas cosas decepcionantes que ocurren aquí, pues al menos estamos juntos y conservamos nuestros recuerdos, estamos cerca de nuestros seres queridos presentes y ausentes y nos movemos como pez en el agua con los ojos cerrados, en nuestro entorno.
A diferencia de aquellos que lamentablemente les toca migrar y pierden lo antes mencionado por completo; les toca empezar de cero dejando muchas cosas importantes atrás, en pro de su seguridad y la de su familia.
Pero como nadie escarmienta por cabeza ajena, la mayoría de los panameños no piensan en eso, me excluyo porque yo si lo pienso, y bastante.
Luego ese pensamiento me lleva a elevar plegarias para nunca encontrarnos en una situación similar. Historicamente los panameños no somos de migrar, los porcentajes de gente que se va buscar un mejor futuro en otros países es baja, aquí hemos aprendido a vivir, a convivir y a subsistir si la cosa aprieta. Mal que bien aquí se consigue donde dormir y un plato de comida.
Y dije, además de mencionar los bellos atributos de lugares y comida deliciosa de mi tierrita, voy a compartir con todos lo que pienso puede ayudar a que hagamos mejor patria.
No necesitamos tener una posición privilegiada, ni estar nombrados en el gobierno para hacer algo por el país, no señores, este país es de todos y debemos tener responsabilidades como ciudadanos.