Recuerdo claramente mis navidades de infancia y adolescencia cuando desde el primero de diciembre había brisa que tumbaba y el sol más brillante acompañados de noches muy frescas, entraba el verano casi de un día para otro y yo disfrutando de eso y de la expectación por los regalos (única preocupación), claro, en ese momento el motor de la casa (mi mamá) se ocupaba de todo, a mi solo me tocaba ver el corre corre y comer.
El tiempo avanza sin clemencia y resulta que ahora soy yo la mamá, soy yo la que anda en el corre corre junto a mi mamá que insiste en seguir corriendo jejejeje, quien nos entiende verdad??, en definitiva los tiempos cambian y podemos pasar a nuestros hijos tradiciones y adoptar nuevas tendencias.