Con los años el título de suegra ha sido utilizado en broma y en serio con una connotación negativa que ya está sembrada en nuestros subconciente desde que somos niños; es una cosa tan rara, antigua y hasta graciosa que ni lo reparamos.
Pero si nos ponemos a meditar, esa señora es la madre de nuestra pareja, de la persona que amamos y que cuando formalizamos relaciones se queda para siempre en nuestras vidas, aunque muchos insistan en el argumento de: “yo me caso con él o ella y no con su familia”; sí? Pues sepa que en la realidad esa frase queda sin efecto.
La única manera en que no se tiene tanto contacto con las suegras es cuando hay tierra de por medio, sea en un mismo país o en otro, pero con tanta tecnología la cosa ni es tan así, tampoco.
Por alguna extraña razón las madres sentimos que nuestros hijos en cierta forma nos pertenecen para toda la vida y que debemos “cubrirlos con nuestros mantos de protección” aunque sean adultos viejos y pellejos, es algo más fuerte que nosotras.
La magia de ser una buena suegra radica en que en algún punto del camino debemos entender, primero que los hijos no son nuestros sino de la vida, que Dios nos los dio para guiarlos y dejarlos tomar sus propias decisiones, precisamente la más importantes tiene que ver con la elección de la persona de la cual se enamoran y a quien desean unir su vida.
En varios de mis artículos anteriores he mencionado el clásico cliché de la “vida cíclica” que todos damos por sentado y como de costumbre nadie se sienta a meditar; pero si “ya saben como soy pa’ que me invitan” jajajajajajajajaja que risa, pues sí me senté a reírme sola.
Con todo el asunto de la actual pandemia escucho quejas y lamentos por los cuatro puntos cardinales (algunos justificados y otras no tanto) y pienso: definitivamente, es verdad que entre más se vive más paciencia se cultiva. Quizás esta es la primera vez que todos vivimos una pandemia, algo que hasta el momento solo leímos en enciclopedias; pero sí se han vivido otras situaciones difíciles como guerras, conflictos, dictaduras y brotes de nuevas enfermedades que hace años llegaron para quedarse.
En mi caso, viví la terrible dictadura que terminó en la invasión norteamericana llamada causa justa, para muchas familias panameñas no fue tan justa, hubo sufrimiento grande por terribles pérdidas humanas y económicas que ni les cuento, aquello no fue un lecho de rosas, hubo un terrible saqueo que nos sentenció a todos los decentes a racionalizar lo que se tenía en las alacenas en aquel momento, en casa gracias a Dios, como era vísperas de navidad, mi madre había hecho el supermercado de fin de año, así que por comida no nos preocupamos y nos apertrechamos como si fuese un bunker, pero solo se tenía eso, no había chance de comprar absolutamente más nada, farmacias, supermercados, tiendas, almacenes, completamente todo saqueado, por varios días, estabamos literalmente en una selva de cemento en el medio de la nada.
Y lo peor, no se crean que en aquel momento había los entretenimientos que existen hoy día, cero tv local (que solo eran 3 canales), la televisión por cable solo tenían las personas clase media alta para arriba, dependíamos de los video clubs para ver películas (los cuales también fueron saqueados), cero computadoras, ni tabletas, no existía internet y menos redes sociales, los celulares eran impensables en este país (de hecho ni existía aún la primera empresa de telefonía celular), el único juego de video que existía era Atari (y no todo mundo lo tenía), nada de nada, los juegos de mesa y el chismorreo por teléfono fijo con amistades y familiares o echar cuento con los de la casa, además del radio y los cassette era lo que aplicaba. Sigue leyendo «Maravillosa Vida Cíclica»→
Con esto de la cuarentena, flamantisimo y yo hemos descubierto nuevos entretenimientos para compartir juntos en la tranquilidad de nuestra casa, nuestro remanso de paz. Somos de esas pocas personas raras que amamos estar en casa.
Uno de esos entretenimientos, que ya teníamos, pero hemos reforzado es ver series de suspenso y acción, algunas policiacas y otras de ficción que nos llaman mucho la atención como los viajes en el tiempo y toda esa ponchera.
Debo reconocer que me gusta ver cosas que me entretengan y no me estresen, siento que ya la vida es suficientemente pesada para andar nerviosa por ficción; la primera película que vi sobre viajar en el tiempo al pasado, fue “Volver al futuro” hace ya bastantes años y la verdad era una historia bastante light y divertida.
En todo este tiempo casada con él, había visto algunas otras historias parecidas.
Pero, con todo este revuelo de Netflix en la vida de la humanidad, ha sido una perdición, es la nueva forma de traicionar y sentirse traicionado entre esposos jajajaja sí una pareja empieza a ver una serie y de repente alguno de los dos ve un capítulo en solitario, eso entra dentro de la categoría infidelidad. 🤣🤣
Una de las primeras series que vimos se llama Outlander, básicamente se trata de una magnífica serie ambientada en los años cuarenta cuya protagonista se transporta 200 años atrás. Una de las frases que me marcó fue cuando ella relata que era como imposible pensar que se pudiese viajar en el tiempo y que a ratos sentía que había quedado loca o se trataba de un sueño, pero que había descartado esa posibilidad porque la fetidez que despedía el tipo que la había rescatado en aquel tiempo, era algo que ella no hubiese podido imaginar ni en un millón de años; en ese momento algo hizo “clic” en mi fértil pensamiento imaginativo y empecé a ponerme en los zapatos del personaje.
A ratos me quedo con mis pensamientos más extraños sobre eso y a ratos comparto algunos con flamantisimo, quien siempre comenta jocosamnte al respecto.
No se si ustedes saben, pero hay personas en este mundo que creen en todo tipo de teorías de conspiración y existen inclusive expertos en el tema de viajes en el tiempo y toda esa locura, pero una de las teorías dice que si se pudiese viejar atrás en el tiempo cualquier mínimo cambio en ese pasado afecta extraordinariamente en el presente, las cosas serían totalmente diferentes, aquí es donde uno dice: pero que pretty, eso significa que puedo cambiar las cosas para que todo me resulte mejor y ahorita tener todo lo que quiero, pero resulta que con ese pequeño cambio que hicieses a tu favor cambiarías el entorno de todo lo que te rodea y de todas las personas directa o indirectamente que tuvieron aunque sea contacto lejano o por asociación contigo. Es una cosa que habría que hacerle gráficas a quienes no entendan. Les confieso, que a dicerencia de un poco de gente que dice que si volviera a nacer haría exactamente lo mismo en su vida; yo valientemente digo que regresaría a mi adolescencia y mi juventud adulta a arreglar un par de cosillas que merecen ser cambiadas un poquito, por supuesto que velando por que no se forme una catástrofe ahora, y siempre vigilando los planes que incluyen a flamantisimo y mis chiquillos de porra.
Retomando el tema del viaje a hace 200 años, en broma le digo a flamantisimo “amor imagínate que ella en la serie extraña un inodoro aseado y bañarse todos los días en una ducha y no en agua empozada en tina.” No quiero ni pensar como me iría a mí en los 1750 por allá, sin mi ducha para bañarme diario, no puedo concebir la idea de no oler bien y no usar desodorante, ni cremas, ni splaches de Victoria Secret o Bath and Body, pensar en los calores, en los mosquitos, en la falta de medicamentos para dolencias que hoy son sencillas de curar, y ni hablar de la parte vanidosa, el cabello terco rebelde que tengo sin salón de belleza, ni tinte, ni la depilación (se imaginan?) jajajajaja, y qué me dicen de los días de menstruación?
Yo le digo: “amor yo creo que viajaría con mis artículos de aseo personal y mi blower con el cepillo redondo y mi plancha, Él me dice: “sí?? Y dónde vas a conectar ese blower? Yo: “ay! Amor recuérdame empacar también una planta eléctrica pequeña o un par de paneles solares, lo que pueda poner más rápido”, él: “gorda recuerda que viajas al pasado a través de una piedra, no con un camión de mudanza” jajajajaja no saben cuanto me río mientras escribo.
Luego pienso en caminar bien fina y divina con mi pamela, y luego recuerdo las calles no pavimentadas arrastrando esos vestidos de época con cien mil capas en ese tierrero, me puedo morir, de tanta tela y de tanta tierra, y se me pasa como la rana René.
Pero lo peor de todo, sin duda alguna, sería el no tener ni voz ni voto, en aquella época era literal el dicho panameño que reza: “Las mujeres hablan, cuando las gallinas mean”, o sea nunca mana!! Me da un faracho con soponcio, no poder emitir mi opinión ante los hombres, ni pegarme un buen arrebato de vez en cuando, que coraje!! Quedaría en los libros de historia como la ahorcada por bocona, gritona y boqui sucia, pasando mi pena.
Finalizo este breve viaje imaginario al pasado en compañía de todos ustedes solo para decirles que doy muchas gracias a Dios! Porque estoy en esta época y no en aquella en que pasar trabajo era el deporte mundial, aunque ninguno de ellos lo sabía, uff! Soy mala pobre de verdad con estas calores el acondicionar de aire también es vital.
Me despido de ustedes no sin antes preguntarles por mera curiosidad, qué llevarían en su viaje al pasado?? (Me refiero a hace 200 años)…Les leo porque creo que me voy a divertir y mucho.
Sé que muchos de ustedes van a coincidir conmigo, principalmente los que tenemos familia con hijos, estar un día o un par de días solo es lo más sabroso del mundo, se siente una paz indescriptible y unas ganas que se prolongue jejejeje eso no es ser mala madre o padre, es sencillamente que el manual de los buenos padres no existe y a veces la crianza abruma, aunque se tenga ayuda de nanas, igual abruma.
Muchas veces yo dije “me he dado cuenta que soy medio ermitaña y me gusta mi soledad con un buen libro y cositas ricas de comer y beber soy feliz”, hasta que llegó la pandemia y removió todos mis paradigmas. Creo que a todos nos pasa que ni en un millón de años hubiésemos imaginado si quiera que ibamos a vivir algo tan fuerte como esto. Pero lo cierto es que lo estamos viviendo y yo siempre ultra observadora y meditabunda rápidamente me di cuenta que no todo mundo lo ha asimilado igual, de hecho hay gente que a estas alturas a más de dos meses de cuarentena y viendo los hechos a nivel mundial, no les cae el real y están en total negación, misma negación que les hace cometer toda clase de imprudencias, comenzando por salir de la casa buscando ser infectados o infectar a otros (para mi no existe mayor muestra de egoísmo humano).
Hay países como mi bello Panamá, en los que las autoridades tomaron cartas en el asunto bastante temprano y aunque no todo mundo esté de acuerdo, tanto dentro como fuera del país, lo cual es imposible, las medidas han rendido sus frutos y no hemos llegado a los terribles casos de colpaso de hospitales como en Italia y España, si eso pasara aquí, se va la mitad de la población, no hay base para hacerle frente, que va!!
De modo que mi actitud ante la pandemia con su consecuente cuarentena ha sido de agradecimiento porque estoy viva, estoy sana y lo más importante de mi vida está conmigo (mi marido, mis hijos, mis mascotas y comunicación continua con mis padres, hermanos y gente que amo) por supuesto comida para los tres golpes del día; no necesitamos más; siempre que se desesperan les digo: “qué es mejor? Esto o la unidad de cuidados intensivos o la cárcel? Aquí estamos reyes, tenemos tecnología, entretenimiento 24/7 y la comodidad de nuestro hogar, no quiero ni saber si esto hubiese ocurrido en los años 80’s ó 90’s cuando no había NADA, de a malas 2 canales locales y no todo mundo contaba con cable. Hay cientos de miles de personas que no tienen ni la mitad, enseguida todos en casa quedan a tono y felices, el confinamiento a ratos ahoga pero lo hemos podido manejar muy bien. Vivimos un día a la vez.
Sin embargo, en una entrevista que me hicieron hace un par de semanas, al final una chica abre micrófono y me dijo algo que me hizo meditar muchísimo. Ella me decía, que entendía perfectamente lo de vivir un día a la vez, pero que al menos yo tenía vida agitada, que a veces estar acompañado aunque sea para discutir es necesario. Ella se encuentra sola en su apartamento, antes iba a trabajar y en la tarde iba a hacer algún mandado y luego en la noche hacía planes con amigos para salir a tomar algo o ir al cine y así, por esa razón nunca sentía soledad, dado que llegaba a casa solo a corregir y planear (porque es maestra) y a dormir, además de que eventualmente recibía visitas de familia o amigos.
Todo cambió cuando observó que sus clases con niños chiquitos, para acabar de rematar, era todo un reto por via web y cuando pasan las agotadoras clases queda sola y en silencio a todas horas en su casa, no tiene novio ni esposo, y todo es a través de una pantalla con la gente que estima y quiere.
Tengo gran facilidad para ponerme en los zapatos de alguien y pensé “Dios mio, yo me estuviese trepando por las paredes”, aunque muchos digamos que amamos la soledad, puede ser, pero no de manera tan prolongada, el contacto con otros seres humanos es necesario, prueba de ello es la cantidad de personas a quienes les ha producido depresiones severas que los han llevado a tomar malas decisiones definitivas y permanentes.
Sentirse amado, querido, necesitado, y aunque sea intercambiar el coloquial cotidiano con alguien es necesario; luego he visto a otras personas, inclusive presentadoras de tv que han manifestado públicamente que están solas, íngrimas en sus apartamentos, quienes dicen en broma y en serio que en cualquier momento los cojines y los muebles les van a hablar, debe ser totalmente desesperante, por eso muchas de esas personas esperan con ansias las horas que les toca salir, para aunque sea dar vueltas en el carro o ir a ver gente al super o a las farmacias.
Tengo que reconocer que eso de que soy full ermitaña ahora no es tan así, porque sí es verdad que anhelo momentos de soledad total solo para consentirme a mí, inclusive sin flamantisimo, solita yo conmigo misma; pero no creo que pudiese estar sola en un apartamento encerrada en cuarentena, ni aunque me conectara con mil personas al día, cuando se apaga esa pantalla qué??!! Esa es una de las grandes enseñanzas personales que me está dejando la cuarentena, necesito sentirme acompañada en persona.
Admiro a todos(as) aquellos(as) que están solos y con enteresa están en casa inventando cada día como entretenerse, como complacerse, como mantenerse firmes y aún así tranquilos sin que la psiquis le juegue una mala pasada.
No sé si es correcto lo que voy a decirles pero creo que yo hubiese llamado a alguien cercano que se mudara conmigo al menos para convivir un tiempo y le comenté eso a la muchacha, a lo que ella extrañamente me respondió que es difícil porque si no es alguien que vive contigo desde siempre en unos pocos días se crean fricciones y discusiones a veces por tonterías porque las personas que viven solas tienen todo a su gusto y preferencia, ese es su espacio y lo hacen respetar de una manera egoísta, eso también lo entiendo. Pero y entonces cómo se hace?
Solo cada quien sabe como puede y hasta donde llegar a solas en confinamiento; siempre hay un roto para un descosido, a las finales quizás conozcan al amor de su vida via web y en plena pandemia, ese podría ser un regalo de la vida, como el del chico de New York que se enamoró de una muchacha que subía a bailar a su azotea todos los días. La vida es loca loca loca y a veces la realidad supera la ficción. Solo queda esperar a ver que trae esta cuarentena en solitario.
Hoy amanecí con esperanza; la misma esperanza que tienen otros de que las cosas van a mejorar en todos los sentidos y al final mejoran.
Esta cuarentena ha sido la mejor universidad de la vida que me ha podido regalar el destino.
Me ha servido para confirmar que soy una mujer 100% casera, que todos los años de encierro a los que me sometió mi madre en adolescencia, pensando que me “cuidaba y protegía”, sirvieron para algo, acostumbrada a estar en casa y a distraerme con lo que hay dentro de la casa Jajajajaja por fin llegó la respuesta jajajajajaja que risa.
A todos mis amigos desesperados por salir, les he dicho sin tapujos: “eso es porque eres callejero(a) carajo!!”.
Por otro lado estar con mis hijos 24/7 ha abonado para su entrenamiento de vida que ya Flamantisimo y yo estábamos llevándoles, pero ahora es como una maestría. Saben hacer de TODO en casa, no necesitan asistente del hogar.
Ha habido muchas primeras veces en mi vida, pero en todas esas ocasiones otras personas habían vivido lo mismo anteriormente, así que yo como buena investigadora, encuestadora, indagadora, me dedicaba a revisar esas experiencias para aplicar lo conveniente y desechar lo que podría no venirme bien. Aún así, cada quien vive su mundo de manera particular, pero ni en mis más remotos sueños hubiese podido imaginar esto que venía.
Es la primera vez en la vida de TODOS, en el planeta, que se vive una Pandemia, con alcances insospechados y por esa falta de sospecha muchos países, en buen panameño, agarraron los “mangos bajitos“, ahora les está costando literalmente sangre sudor y lágrimas.
Lo actualmente vivido es como surreal, vainas que uno solo leía en libros de historia, que si las pestes, que si las fiebres, que si las “maldiciones”, dicho en forma dramática. Pues resulta que por andar distraídos y embriagados con los avances tecnológicos de los últimos 15 años no habíamos reparado en nuestra fragilidad.
El día de hoy voy a unir dos temas que son de mucha importancia.
Hace poco se conmemoró el día Internacional de la Mujer y seguidito nos enteramos del primer caso de coronavirus en Panamá; como siempre les digo, la velocidad que lleva la vida me supera y no había terminado de ordenar mis ideas para escribirles un artículo cuando se dan nuevos acontecimientos que todo lo cambian.
Tratando de no perder la razón y el equilibrio me dije; pues escribe sobre el impacto y la huella que podemos dejar las mujeres ante la terrible situación que estamos viviendo.
La humanidad en pleno sabe que nosotras somos el sexo fuerte, dadoras de vida y aguantadoras profesionales, las mujeres, sin saberlos, contamos con una fortaleza interna tanto física como emocional que la mayoría de la veces sale a relucir cuando nos vemos en peligro o vemos a nuestros seres amados en peligro.
Hoy les conversaré sobre “la fiesta de todos los panameños”, como le han denominado los medios; y saben qué? Es la verdad, estos cuatro días en verano son muy esperados y apreciados.
Ahora me querrán contestar muchos de ustedes: “ no no cuarentidiva, déjate de inventar porque esa fiesta no es mia y no me gusta nada”
Y yo les contesto: “sí les gusta porque gracias a la fulana fiesta del rey momo, todos y digo todos, tenemos cuatro días para hacer lo que nos da la gana literalmente”.
Miren, a veces es hasta gracioso ser observador; yo podría quedarme aquí enumerando una lista larga de como la gente agarra sus cuatro días y los disfruta según sus gustos y preferencias. No los voy a mencionar todos, pero aquí les van un par.
Cada vez que se acerca el día de San Valentin se forma el frenesí de novios(as), amiguitos con derecho, gente especial y amistades.
Muchos, durante años, pasan renegando de la fecha disque porque es un truco o estrategia de mercadeo y ventas, ni hablemos del gasto etc.; pero adivinen?
Mucha queja y mucha criticadera pero ese día las floristerías no se dan a vasto y no hay manera de encontrar una mesa disponible en ningún restaurante de la ciudad o en promociones de hoteles. Además de regalos de todo tipo en almacenes, mensajes televisivos, radiales, texto, de voz, serenatas (que todavía se estilan aunque no crean), proposiciones de matrimonio uff! El punto es que más es la gente que lo celebra que los que despotrican, que usualmente son los amargados que no tienen pareja o se les marchitó el amor. Jajajajajajaja que risa me hice pipi
Hace poco una amiguita conversaba conmigo y surgió su curiosidad del por qué yo había escogido el nombre de Cuarentidiva para mi blog; y me dijo cosas muy válidas, como por ejemplo si buscamos en google la palabra diva, salen un poco de fotos y descripciones de mujeres altaneras que no tocan el piso y no le hablan a cualquier persona, al final cual era mi punto?
Me quedé pensativa y regresé mentalmente a mi momento inicial, aquel en que no sabía ni lo que era un blog, pero debía encontrar un nombre que me definiera para poder arrancar.
Y con mucha claridad recordé lo que sé que le ha pasado a miles de mujeres, estaba a principio de mis 40’s , con un matrimonio largo, una carrera consolidada y 3 hijos, pero a ratos me sentía atribulada, aburrida y en ocasiones abombada de la monotonía y la rutina, mi escape era leer y escribir en mis redes personales los cuentos de mis hijos que desde que nacieron han sido ingeniosos a más no poder. No me atrevía a comentarle a mucha gente mi fastidio general, porque la gente tiende a juzgar y francamente tenía y tengo una vida muy bonita pero necesitaba algo que me llenara de entusiasmo y me hiciera sentir que como mujer queda mucho que dar y compartir, mucha gente, todavía, tilda a una mujer de más de cuarenta como si fuese un fósil (qué les pasa?), jajajajajaja.