UNA VIDA TROPICAL, ES SIN IGUAL…

Hace poco conversaba con algunas personas, y decía que damos la vida por sentada desde que nacemos, en muchos aspectos, pero es porque no conocemos otra cosa y se convierte en costumbre de vida.

Un tema que ya ni le paramos bolas, es el clima. A todos los que nos ha tocado nacer y vivir en un país totalmente tropical como mi hermoso Panamá, nos hemos ido acomodando y aprendiendo a vivir entre humedad y clima loco, días con lluvia sin parar (casi 9 meses al año) y de repente un día: sol que tuesta y brisa que tumba.

En una ocasión escuché a una extranjera residente, decir que ella admiraba muchísimo a las panameñas que con un clima tan terrible y maltratador para el cabello, todas buscábamos la manera de que el blower nos durara y siempre estamos regias. Ja, ja, ja me reí mucho, enseguida pensé que lo que tenemos son años de experiencia, las que tienen cabello lacio a prueba de “rainforest” como dice mi amiga Analisa, se salvan, pero la mayoría tenemos algo de carabalí en nuestro árbol genealógico, por ende desde chicas nuestras madres nos llevaron a poner “amansa guapo” en estos cabellos y a doblegar el desgraciado frizz.

Cuando llegamos a adultas somos unas expertas en mantener el cabello controlado, para vernos presentables en oficinas y vida social en donde abundan las fotos; lo más interesante es que muchas hacen ejercicios y con todo y eso => regias, a los cabellos les metemos “buco candela”. Menos vernos acabadas como reinas de carnaval en miércoles de ceniza.

En otra ocasión escuché a un señor decir: “he viajado mucho y conocido muchos países, y de verdad no se si decir que Panamá es uno de los países más calientes del continente o uno de los más fríos”; y valga el análisis, es muy cierto que vivimos refrigerados, porque nuestra calor no es normal, esa combinación de calor de horno con humedad casi del 100% es sofocante a niveles insospechados, se suda como si fuese gel jajajaja quedamos pegajosos, como si nos hubiesen echado un pote de pegamento encima.

La solución que se ha acresentado con los años es que tenemos acondicionadores de aire en todos lados, hasta en carros y servicio públicos, que antes no tenían, ahora taxis, autobuses y el metro también están refrigerados.

SOLTAR LA MOCHILA Y SER FELIZ!

Hace ya más de un año he tomado la decisión de crearme el hábito de revisar mi interior todos los días, luego de despertarme y dar gracias al cielo por todo lo que me ha dado, empiezo puntualmente a ver lo que siento que debo mejorar en todos los aspectos de mi vida; en la búsqueda de minimizar nervios, ansiedades, preocupaciones, estreses, que no abonan en nada a la armonía de mi vida y la de mi familia.

Es entonces que, de vez en cuando, leo artículos o libros que me atraen al respecto y por supuesto no podían quedar por fuera algunos documentales de plataformas web.

Es así como flamantisimo y yo encontramos un documental en el que daban testimonio dos monjes ya mayores (uno de ellos el denominado hombre más feliz del mundo), estuvimos totalmente concentrado en lo que decían este par de señores.

Sorprendentemente, lo que dijeron no era nada que no supieramos, ni nada que solo con sentarse un ratito a meditar, nuestro sentido común no nos pueda decir. Ese precisamente es el punto, la gente ni hace pausas, ni se sienta a meditar y generalmente no le gusta usar el sentido común.

El protagonista de la serie, quien decidió ir a un fin de semana intensivo a escucharlos (hombre de treinta y tantos con mucho stress y ansiedad, como él mismo dijo), preguntó que cómo él podía hacer para bajar sus niveles de nerviosismo y ansiedad y para no tener insomnio?, cosa que nos pasa a casi todos.

El monje le contestó que es preciso que ante una situación de apesadumbramiento o angustia, lo ideal es hacer un alto y sentarnos primero a observar lo que ocurre, identificar qué es lo que nos inquieta y pensar en las medidas que se deben tomar para resolver de la mejor manera eso, que generalmente debe ir de la mano de “dejar fluir las cosas en su debido tiempo y curso” y puso un ejemplo que me impactó.