24 OCTUBRES Y CONTANDO…


Sé que en mi país solo existe temporada seca y temporada lluviosa porque vivimos en el tropico, pero  yo siempre he amado ver las cuatro estaciones en fotos y videos y ahora se ve más a través de las redes sociales.  Mi estación favorita del mundo mundial es el otoño, sueño con viajar a algún lugar tipo Canadá y ver las hojas caer de los árboles de todos los tonos de anaranjados y amarillos, y empezar a sentir el friito sabroso. De hecho me siento una mujer otoñal.

Coincidentemente hace 24 años luego de un año de habernos comprometido flamantisimo y yo (en mi cumpleaños), escogímos casi que al azar la fecha en que nos casaríamos por lo civil (que en aquel momento no se tomaba con tanta importancia, porque se hacía como requisito obligatorio) y resulta que fue en la última semana del mes de octubre, porque a principios de enero siguiente vendría nuestra sencilla boda por la iglesia.

Me pongo a recordar como fue aquella época, y como reza la poesía: “revuelvo la mirada y a veces siento espanto” de la diferencia abismal entre tradiciones de bodas antes y ahora.

Quizás si pudiésemos regresar en el tiempo, esa es una de las cosas que me gustaría cambiar, darle un poco de “chic” a ese momento.

La verdad es que recuerdo que, en aquella época el matrimonio civil solo lo hacían en sala de fiestas y con todos los hierros las parejas que no se casaban por la iglesia y algunos de los que sí se casaban por la iglesia, y querían bonitos detalles, pagaban previamente al juez para que la ceremonia civil fuese en sus casas y generalmente consistía en cena íntima con la familia y ya.

Ahora hacen bodas civiles con ceremonia, festejo, fotos formales, traje de novia menos pomposo pero bien arreglada, discoteca, fuegos artificiales, banquete, bebida, rumba de madrugada y de toda la parafernalia, tienen hasta noche de bodas jajajaja.
Entonces un par de meses después viene el bodorrio por la iglesia con todo lo antes descrito pero magnificado; y yo quedo Oh My God!, si me hubiese tocado casarme ahora creo que me escapo con flamantisimo y ya, el gasto económico es algo fuera de serie.

Poco a poco nos hemos americanizado con esto de las relaciones en pareja, antes casi todas las novias salían de casa de sus padres para casarse, ahora la moda es que muchas parejas deciden vivir juntos (a la gringa) a ver si la cosa funciona y pasado un tiempo se casan o terminan. Ojo! No es crítica, cada quien hace lo que le da la gana, solo comparo los tiempos y tradiciones.

No se por qué sospecho que en cualquier momento aquí empezarán a hacer cena de rehearsal que hacen los gringos la noche antes a la boda como una práctica con sus familias y la corte; muchos parientes es ahí donde se conocen por primera vez.

Dije anteriormente que sentía espanto, porque de verdad me parece que #flamantisimo y yo nos pasamos de sencillos con una gran dosis de ignorancia e ingenuidad. Eramos muy jovenes.

Recuerdo como si fuese hoy que eramos un par de pelaitos de 25 años recien cumplidos, que no sabíamos ni “J” de organizar bodas, la figura de la planificadora de bodas no se usaba mucho en aquel momento y encima era un costo adicional con el que no contábamos, además de tener un presupuesto reducido para todo el evento, eramos los primeros en nuestro círculo de amigos que nos ibamos a casar, y nuestros padres unos aéreos, jajajajaja así que referencia cero.

Como el papeleo de la unión civil era exigencia para casarse por la iglesia, ambos lo tomamos literal como un requisito, esa mañana decidimos ir hasta el medio día a ambas oficinas a trabajar (que locura)  y solo pedimos permiso para faltar en la tarde ya que la hora que el juzgado nos dio fue las 2:00 pm, no me compré traje nuevo ni nada, me puse un juego de pantalón con chaqueta de color amarillo que me encantaba y me quedaba muy bien (según yo) y en el cuello una pañoleta  que estaba super IN en ese momento, mi blower de la semana y maquillaje de oficina hecho por mi misma, él ese día se puso un saco de oficina y ya, listo Calixto; no me van a creer pero el juzgado quedaba en la avenida Central (unas oficinas horribles espantosas y sucias), allí nos acompañaron: sus padres, mis padres, mi hermana y una pareja de amigos que fueron nuestros testigos. Adivinen?? Tuve un par de fotos de a chiripa, gracias a mi hermana que todo lo documentaba con una de sus primeras cámaras.

En un lugar remoto de mi memoria me recordaba super bien arreglada y ahora cuando veo las fotos quiero morir, en esa época el blower era sin plancha, así que el frizz en humedad panameña hacía lo suyo jajajajaja; pero lo cierto es que no podíamos creer que ya eramos legalmente esposo, eso si lo tengo super clavado en mi memoria, al salir de allí no parábamos de mirarnos y abrazarnos,  nuestros padres nos abrazaron también y felicitaron, luego cada quien a lo suyo.

Curiosamente, un par de días previos habían inaugurado en los pueblos el primer Costco (que en ese momento aquí era la gran cosota, primera vez que había), el mismo ya existía hace años en USA y mi madre había decidido ir a comprar su membresía, porque conocía muy bien como funcionaba debido a que los visitaba cada vez que viajaba; y nos dijo: “si no tienen nada más que hacer, acompañenme a sacar la membresía y vidajenear a ver si son iguales a los de allá.”

Este par de tórtolos, pasamos nuestra primera tarde de esposos, paseando y comprando en Costco en jeans y zapatillas, ese día pasó sin pena ni gloria, solo recuerdo que nos veíamos cada dos minutos con la cara de “no lo puedo creer”, nos besábamos y reíamos, como si hubiésemos hecho una travesura de las grandes.

El colmo es que pasan los octubres y ni nos acordamos que estamos cumpliendo años de boda civil sino hasta varios días después. Este año decidí escribir este artículo porque es tiempo de empezar a celebrar cada situación que importa.

El tiempo pasa, las costumbres cambian, la vida evoluciona y con toda franqueza con lo que a mi me gusta bailar y celebrar me hubiese encantado que al menos nos hubiésemos ido a comer algo y brindar por ese primer paso que nos abrió la oportunidad a la boda religiosa, que recuerdo con mucho amor pero también con arrepentimiento de que pudimos hacerlo mejor si hubiésemos tenido guía o yo me hubiese puesto a investigar mejor.

Ojo! En aquel entonces esa investigación, tendría que haber sido a través de revista de bodas o preguntando a personas que se casaron antes; porque el señor google ni soñaba con existir. 

Como me encantaría tener una máquina del tiempo para regresar y decirme “espabílate niña y empieza a documentar que lo vas a extrañar”.

Espero se hayan divertido con mi cuentito de nuestra otoñal unión civil y lo único que pido al cielo y al universo es que de aquí al 2022 que cumpliremos 25 años, podamos renovar votos, tener la boda que soñé aunque sea en poquito y reibindicarnos como se debe.

Celebren la vida, que los recuerdos de sus celebraciones sean fantásticos….