
Con los años el título de suegra ha sido utilizado en broma y en serio con una connotación negativa que ya está sembrada en nuestros subconciente desde que somos niños; es una cosa tan rara, antigua y hasta graciosa que ni lo reparamos.
Pero si nos ponemos a meditar, esa señora es la madre de nuestra pareja, de la persona que amamos y que cuando formalizamos relaciones se queda para siempre en nuestras vidas, aunque muchos insistan en el argumento de: “yo me caso con él o ella y no con su familia”; sí? Pues sepa que en la realidad esa frase queda sin efecto.
La única manera en que no se tiene tanto contacto con las suegras es cuando hay tierra de por medio, sea en un mismo país o en otro, pero con tanta tecnología la cosa ni es tan así, tampoco.
Por alguna extraña razón las madres sentimos que nuestros hijos en cierta forma nos pertenecen para toda la vida y que debemos “cubrirlos con nuestros mantos de protección” aunque sean adultos viejos y pellejos, es algo más fuerte que nosotras.
La magia de ser una buena suegra radica en que en algún punto del camino debemos entender, primero que los hijos no son nuestros sino de la vida, que Dios nos los dio para guiarlos y dejarlos tomar sus propias decisiones, precisamente la más importantes tiene que ver con la elección de la persona de la cual se enamoran y a quien desean unir su vida.
Estamos todos claros que hay excepciones terribles en que evidentemente esa escogencia es una cosa de terror y toca aconsejar, pero también sabemos que cuando un ser humano se enamora queda ciego, sordo, mudo (como Shakira🤩) y está muy difícil hacerlo ver con claridad.
Creo que una de las misiones más importantes de las madres de hoy en día debería ser, cambiar el paradigma de que seremos suegras terribles y brujas.
Actualmente creo que todos somos más independientes y mientras antes las madres con hijos en edad casamentera, estaban en sus casas ocupandose de lo trivial de sus hogares y sin mucho más que hacer, probablemente por eso quedaban jorobando en la casa de los hijos tratando hacer de las mismas una extensión de la suya e imponiendo voluntades. Hoy día mujeres de todas las edades trabajan fuera del hogar, tienen planes, proyectos, grupos de amigas, actividades de todo tipo, viven ocupadas y tienen otra visión de la vida.
Me parece que no debería existir relación más bonita en el mundo, después de la propia madre que con la madre de nuestro ser amado; de hecho conozco suegras que se llevan de maravilla con los yernos o nueras, se aman y se respetan, y he allí el secreto.
Hace unos años conocí una persona cuya hermana tenía una relación tormentosa con su primer esposo, (el caso de ellos era bastante complicado), porque la feliz pareja vivía precisamente bajo el techo de la madre de ella, y allí les tocó tener a sus hijos, pero el marido era una prenda de la corona, no aportaba a sus gastos, se le perdía parrandeando y le llegaba hasta dos días después, etcétera, lo llamativo era que a diferencia de cualquier otra suegra, la madre de ella no decía ni MU, en todo momento fue una mujer desentendida de como ellos llevaban su relación, se podían pelear a muerte y ella no intervenía (es más; luego de las peleas hasta le servía la comida y todo), una vaina loca, cuando los iba a llamar les tocaba la puerta, les pedía permiso para todo.
En una ocasión los otros hijos la juzgaron y preguntaron por qué no defendía a su hermana del mal marido que tenía, a lo que ella contestó: “yo respeto la decisión de tu hermana, aunque pienso que se equivocó, ella está casada con él y ambos deben aprender a resolver solos sus problemas, además soy fiel creyente que en pelea de marido y mujer nadie se debe meter, y nadie es nadie, porque la ley universal es que se pelean y al día siguiente se reconcilian y adivina quienes siempre la pagan?? Pues aquellos que se metieron.” Decía también “a menos que vea un real peligro en una situación entre ambos yo intervendría sino no”.
Y adivinen?? Pues la señora tenía toda la razón, más sabia no pudo ser, aunque su hija luego se divorció, ella mantuvo su relación cordial con el padre de sus nietos; y su hija aprendió de la mala experiencia con ese hombre para luego poner sus ojos en su segundo esposo que resultó ser un maravilloso hombre.
Hace poco, conversando con una tia a la que quiero mucho, ella me decía que solo tiene un hijo y que su auto promesa era hacer todo lo posible por llevar una relación madre/hija con la nuera que su hijo escogiese. Otra sabia inteligente.
Tengo amigas de otra religiones que tienen tradiciones milenarias, que me parecen hermosas, una de ellas, cuando los hijos varones se casan viven bajo el mismo techo de sus padres con la esposa y ella es recibida como una hija y así es tratada, sus aportes son igual de válidos que los hijos de la familia. (Hablo de la mayoría, ojo! Sé que todo tiene excepciones).
En fín, como para ser buenos padres no existe un manual, para ser suegra menos; toca llevar una relación sana, basada en el respeto, la simpatía y si existe compatibilidad mejor, de eso depende mucho la felicidad de nuestros hijos.
Ni hablemos del hecho de quienes están por unir sus vidas a otra persona, reconocer y saber que esa pareja es prioridad y jamás permitir que los padres de ninguno de los dos lados intervengan en decisiones de vida, ni permitir que tomen posiciones de control.
Termino con frase celebre de la madre de otra amiga: “hijos el mismo trabajo les toma enamorarse de una persona buena, compasiva, empática, inteligente y llevadera que de un patán(a) antagónico(a) y problemático(a), mejor traten de escoger lo primero” yo haré lo que tenga que hacer para acoplarme y que todos vivamos felices como perdices.🤣🤣🤣
