Ay! Los Reencuentros

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Nunca antes me había dado por meterle mente a algo tan sencillo como “los reencuentros”, todos estamos pendientes de la vida, el tiempo que pasa, lo que nos enseña y nos regalan las diferentes etapas; pero hay capítulos que cerramos casi en automático sencillamente porque es parte del formato de la vida.

Todos vamos a la escuela primaria, luego secundaria, la mayoría de los adolescentes sueña con graduarse, ser mayor de edad y empezar a hacer lo que “nos de la gana” (esa es la expresión más común) jajajaja en esa etapa hay abundancia de inmadurez y todo es tan sencillo que realmente pensamos que será así. Algunos, diferentes, al graduarse siguen frecuentando el colegio y sus actividades porque se aferran a aquello que les da seguridad, pero luego pasa el tiempo e igual que los demás cierran ese capítulo de sus vidas porque el destino les va presentando nuevos retos y vivencias como adultos.

Han pasado 30 largos años desde que mi promoción 88, culminó sus estudios secundarios con éxito pero sin mí, yo lo hice un año más tarde (por una mala pasada emocional que me mandó la vida cuando cursé 4to año); pero aunque ustedes no me crean siempre fui y seguí siendo parte de ellas, de hecho muchas ni recuerdan ese evento y me registran como si terminamos juntas. Mi paso por el colegio secundario fue un poco accidentado y doloroso a título personal, así que una vez salí jamás volví.

Afortunadamente hace algunos años se creó el clásico grupo de whatsapp y como ya dije antes, soy parte de ellas sí o sí y en cuanto me localizaron, entré para quedarme.

Hace unos meses las más organizadas recordaron que venía la celebración de los 30 años con bombos y platillos y por supuesto yo era parte de las protagonístas; me organicé, pagué la cuota e hice mi logística de vestimenta. Los festejos empezaban con una misa el día anterior (en el colegio) y la fiesta al día siguiente.

No sé si ustedes han sentido algo así antes, pero en cuanto puse un pie dentro del colegio (luego de tantos años de ausencia), fue como si entrara en una máquina del tiempo con una gran pantalla ante mis ojos que me pasó a toda velocidad una lluvia de recuerdos y sensaciones de todo tipo, que lograron erizarme. Todavía no me repongo, me ha ocurrido anteriormente con olores y sonidos en diferentes circunstancias. Pero lo que sentí en el colegio fue más intenso.

Llega la tan esperada noche en donde hubo muchas que realmente tenia literal 30 años que no veía, algunas igualitas, otras totalmente cambiadas que con vergüenza tocaba preguntar quienes eran🤪. No solo contabamos con recuerdos sino que el comité organizador (Laura, Marigaby,Paty, Caty,Pily,Kathia, Karla) apoyó con una presentación fotográfica, también llevaron uniformes para las fotos, cositas de picar de la tiendita, el anuario, fotos de las que ya partieron y una hermosa decoración, además de un estupendo buffet y open bar.

Fuí escogida previamente para hacer un seudo conversatorio en donde se suponía que intercambiaríamos recuerdos, frases, gestos, mañas, costumbres y hábitos de entonces pero los ánimos estaban elevadamente hiperactivos y eufóricos para permitir que se diera esa dinámica de modo que aborté la misión y dejé que todas fluyeran como quisieran, era lógico e inevitable un poco de mujeres poniéndose al día, se imaginan?. Al menos no me negué cuando el comité me lo pidió pero yo sabía que iba a ocurrir. Jajajajaja

De repente me vi allí rodeada de un nutrido grupo de damas con las cuales compartí por 12 años de mi vida.

Procedimos a comer y acto seguido a la pista de baile, solas, sin parejo, diversión femenina en su máxima expresión.

Era el momento de brillar de Michelle (nuestra brincarina experta), quien ha dedicado su vida entera a bailar y convocó a todas las que bailaban con ella en tiempo escolar y me sorprendí gratamente al ver que el cuerpo humano tiene memoria, me comentaron que en tan solo 2 semanas se reunieron y crearon una coreografía que mejor se dañaba.

Decidí ponerme a filmar alrededor de la fiesta y pensaba: “wao ha pasado todo este tiempo y aquí estamos todas profesionales exitosas: doctoras, arquitectas, administradoras, abogadas, profesoras, psicólogas, bailarinas, instructoras, especialistas en sistemas y redes, diseñadoras, amas de casa etc., algunas madres y abuelas, cada una más eufórica que la otra, cual niñitas dispuestas a sacarle el jugo a la noche, sin vergüenzas ni restricciones, celebrando la vida y la salud y cada una sintiéndonos orgullosas de las demás, pensando en todo lo vivido y con esperanza de que llegaremos igual de “ricas” a la próxima fiesta de 35 o 40 años.” Ni hablemos de las que viven fuera del país que pudieron venir (eran las más felices y agradecidas) y las que no pudieron venir mandaron videitos de saludos a una gran pantalla, que provocó una que otra lagrimita por no poder estar.

Feliz de poder estar aquí para vivirlo y recordarlo, a ratos algunas que bailaban a mi alrededor me decían: “oye pero muévete y baila estás parada en el medio de la pista tiesa, qué te pasa?” Y yo solo reía y contestaba mentalmente: “es que estoy dándole la oportunidad a mi mente, a mi razón y a mi emoción de digerir todo lo que estoy recibiendo a través de mis ojos; esto vale la pena compartirlo por escrito y necesito tener activos todos mis sentidos”.

Bien dicen los eruditos en emociones que cuando disfrutamos de días y momentos, el tiempo se pasa volando, creo que los señores meseros y los de la discoteca pensarían en algún momento: “estas mujeres de dónde sacarán tanta energía?”. En un salón adjunto había una fiesta en donde los músicos de la orquesta no se podían concentrar de ver este poco de cuerpos bailando sin parar.

Sin duda una fiesta original y diferente en donde el 100% de las invitadas eramos de sexo femenino y cualquiera pensaría que como haríamos sin parejos?, jajajajaja pues como hemos hecho desde que teníamos 5 años, no nos hace falta más, muchos pensarán que los colegios que son solo de niñas se les niega la interacción con los niños, que serán mojigatas o que no van a conseguir pareja jajajajaja nada más lejos, estar solo entre mujeres nos hizo sentirnos más seguras de nosotras y de las decisiones tomadas, nos hizo más atractivas a quienes nos veían a ratos en salidas y fiestas, nos permitió compartir nuestra feminidad y nos enseñó que somos capaces de todo lo que queramos sin ayuda, nos permitió ser líderes y divas sin tanto drama y lo mejor de todo: descubrimos que somos maravillosas sin permitirle a nadie que nos haga sentir menos.

En ocasiones me siento igualita que cuando tenía 20 años; luego veo fotos, me busco en el espejo y levanto la mirada para aconsejar a mi hijo mayor que mide más de 1.72 y descubro que hemos vivido y bastante.

La felicidad parte del agradecimiento y es eso lo que siento, ojalá Dios y la vida me permitan ir a bailar dentro de algunos años y poder contarles como me fue. Vivan las primeras amigas de la vida y viva los reencuentros!!

Este artículo se lo dedico a todas mis loquitas de carretera de la promoción 88 del Colegio María Inmaculada…gracias por quererme, aceptarme y tenerme presente….!

P.D. Cierro el artículo berreando como pocas veces y #flamantisimo berrió también.😊😊😊

7 comentarios en “Ay! Los Reencuentros”

  1. Qué belleza de artículo. Gracias Oris por poner en palabras el sentir de muchas de las que estuvimos presentes.
    Un abrazo y que sigan los reencuentros!!
    Con cariño,
    Mary Gaby

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  2. Bellas palabras Oris felicidades este artículo encierra todo lo que sentí en esa noche que para mi fue mágica todavía hoy les hablo a mis hijos lo bien que la pase. Besos

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