Nunca antes me había dado por meterle mente a algo tan sencillo como “los reencuentros”, todos estamos pendientes de la vida, el tiempo que pasa, lo que nos enseña y nos regalan las diferentes etapas; pero hay capítulos que cerramos casi en automático sencillamente porque es parte del formato de la vida.
Todos vamos a la escuela primaria, luego secundaria, la mayoría de los adolescentes sueña con graduarse, ser mayor de edad y empezar a hacer lo que “nos de la gana” (esa es la expresión más común) jajajaja en esa etapa hay abundancia de inmadurez y todo es tan sencillo que realmente pensamos que será así. Algunos, diferentes, al graduarse siguen frecuentando el colegio y sus actividades porque se aferran a aquello que les da seguridad, pero luego pasa el tiempo e igual que los demás cierran ese capítulo de sus vidas porque el destino les va presentando nuevos retos y vivencias como adultos.
Han pasado 30 largos años desde que mi promoción 88, culminó sus estudios secundarios con éxito pero sin mí, yo lo hice un año más tarde (por una mala pasada emocional que me mandó la vida cuando cursé 4to año); pero aunque ustedes no me crean siempre fui y seguí siendo parte de ellas, de hecho muchas ni recuerdan ese evento y me registran como si terminamos juntas. Mi paso por el colegio secundario fue un poco accidentado y doloroso a título personal, así que una vez salí jamás volví.