Sí sí diciembre es paz y amor, tiempo de compartir etc etc., pero para ese compartir siempre es necesario, comida, algunos drinks y si quieres que quede de lujo se incluye el clásico amiguito secreto que ahora para escucharnos todas finolis se le llama “secret santa” jajajajaja (como cambia la vida).
Todo lo mencionado anteriormente no es posible si no sales a la calle a enfrentarte con el magnífico tráfico decembrino que te hace arrepentirte de haber salido a los 10 minutos; aunque pongas tu música favorita que va!! Igual el cansancio y el stress vienen bajando, no sé que tiene diciembre pero los días vuelan y se pasan en un pestañeo, llega la noche y haz hecho dos cosas. La agenda apretada de reuniones con amistades que en ocasiones tienes meses que no ves, así que casi casi son obligatorios. Ah! Ojo no hay manera que te organices, agendes, compres cosas con tiempo o delegues, que no te sientas como enredada, siempre en corredera y muerta de cansancio; y siempre algo se te queda por fuera. A mi hasta me pasa que me siento en algún lugar y me quedo dormida jajajajaja la amanecedera en su punto.
Pero adivinen? Toooodo ese stress decembrino nos gusta y nos entretiene porque menos decir que no vas a tus reuniones y encuentros, y bien regias jajaja arregladas hasta con tema navideño, nada de dejarse….para salir más frescas que un clavel en las fotos que hay que subir a redes sí o sí. Ya saben que la taquilla es necesaria.
Hoy conversaba con una amiga y le decía que es diciembre; eso significa que no es tiempo de preocuparse por lo que comemos, ni tampoco si engordamos, lo que a todas en términos generales nos importa un montón es: cerrar ciclos, reunirse con la gente que quieres que no ves hace rato, ir a la reunión anual con los compañero de promoción (algunos que vienen del extranjero), comprar todo lo necesario para la cena de noche buena, conseguir los obsequios prometidos de santa, decorar como diosas y por supuesto recordar quien es el cumpleañero para esta época, llenar la casa de sus hermosas imágenes de nacimiento y llevar a nuestros pequeños a las tradicionales posadas que cada vez son menos.
Tooooodos y cada uno de los cansancios valen la pena un montón, prueba de ello es que lo seguimos viviendo cada año exactamente igual, nos gusta y somos reincidentes, saben por qué? Porque es delicioso, agradeble, ilusiona, alegra el alma y el espíritu navideño nos inunda. Es un mes de ensueño que nos recuerda que los milagros existen, hay gente que súbitamente le cambia la vida, lo que a veces creemos que es malo resulta ser una bendición para empezar el nuevo año con más fuerza.
Por supuesto que “sí sí es mágico y ocurren cosas mágicas”.