No en vano en nuestro libro sagrado habla muchas veces sobre el problema que representa para el ser humano la lengua; sí como lo leen, nuestra lengua insensata, que nos sirve en ocasiones para difundir mensajes positivos y ayudar a otros. Pero bastante que nos mete en problemas difíciles de resolver. Claro porque «quien recoge el agua derramada?» Pues nadie.
Llevo años haciendo campaña a mis hijos con frases como: «Somos dueños de lo que callamos y esclavos de lo que hablamos», otra que les digo mucho es «en boca cerrada no entran moscas». Evidentemente tratando de evitarles amargos momentos como algunos que me ha tocado vivir a mi por andar de más comunicadora, aconsejadora, transaparente, sin filtro y en ocasiones impulsiva e imprudente.
Pero no solo yo he padecido por todo lo antes expuesto, todos los seres humanos en sus propias proporciones han tenido algún momento así. Es más, los muy callados son los que usualmenente observan y piensan buco pero cuando opinan les ocurren tremendos patinazos.
Le señora «lengua» es la única parte del cuerpo humano que no se puede controlar.
Principalmente las mujeres que somos tan abiertas y conversonas andamos metidas siempre en líos; les parece conocido situaciones como:
• Están echando un cuento en el que no mencionan nombre de nadie y en el calor del cuento se les escapa el nombre que no quería decir?
• Están guardando una sorpresa a alguien y conversando con ella sin querer dejas ver la sorpresa.
• Cuentas algo a alguien disque «en confianza» pensando que ese le va cuidar las espaldas y esa persona es la que más te vende.
• Eres totalmente sincera con alguien porque esa persona te lo ha pedido así y resulta que se termina molestando contigo. (Dices coño pero para que hablé)
• Comentas algo sin ninguna mala intención y la contraparte «toma el número equivocado» y se ofende.
• Tratas de dar un consejo sano para ayudar a alguien y no solo no lo toma sinó que le «sales a deber»
• Metes la pata mencionando el nombre de alguien en el momento menos indicado.
• En un momento de ofuscación ofendes sin querer.
Y así inmumerables escenarios en que te arrepientes de haber abierto la boca y quisieras que la tierra te trague.
La lengua es tan incontrolable que el 80% de lo que usted sabe de una persona, lo sabe por ella misma y el otro 20% usted lo averigua por ahí; y ahora con el asunto de las redes sociales ni hablar.
Es tan poderosa que un vendedor puede estar en el momento de convencer a alguien pero si luego de mucho amansar al cliente habla de más pierde la venta, pero más curioso es que si habla de menos tampoco hace la venta. Jejeje todo en su justa medida.
No existe mejor práctica que pasar todo lo que deseas hablar por un filtro mental y hay algunas cosas que toca pasarlas dos veces por ese filtro. Jejejeje me rio porque hay veces que estamos conscientes que ni pasándolo por el filtro debemos decirlo y aun así dale «la regamos»
Hace unos 10 años una persona me dijo «observe bien lo que dice y a quien lo dice, porque lo que diga se puede usar en su contra, mida sus palabras»
En fin, en ocasiones la auto censura llega tarde, y se ganan y pierden amistades por malos entendidos y cosas mal dichas, pero principalmente por cosas mal interpretadas.
Dentro de mis propias evaluaciones meto siempre en la listita el tratar de dominar al máximo lo que digo pero más lo que hago porque las acciones valen más que mil palabras.
Se pueden lograr cosas grandes y maravillosas con buenas intenciones y midiendo muy bien lo que se habla estaremos muy satisfechos. Lo que decimos tiene tanto poder, pero eso solo lo he entendido ahora a mis cuarenta y tantos años y luego de bastantes raspadas.
Debo decir en mi favor, que quienes me aman lo hacen con loca pasión y con esa misma intensidad y por las mismas razones hay quienes no me pueden ni ver, por ser directa y decir lo que pienso. He aprendido a moderarme bastante y ha redundado en mi beneficio.
Los invito a practicar el filtro y si no tenemos nada bueno que decir, no decirlo, a menos que sea una queja por algún servicio que merecemos y pagamos.
Un besote a todas mis expresivas amistades les quiero….
Cuarentidiva 