Precisamente la frase muy Panameña que usamos: «Por Amor al Arte» describe textualmente con pelos y señales a mi invitada de esta semana. Ella es Olga Sinclair, de cariño llamada Olguita, que me imagino también hace sentido porque su amada madre se llamaba igual.
No la conocía personalmente; la admiraba siempre a la distancia y un buen día decidí escribirle, ella muy amablemente decidió recibirme porque le expliqué de que trataba mi blog, y le agradó.
Llego a mi cita puntual el día que acordamos en el estudio de Olguita. Una de las cosas más hermosas que me llamó mucho la atención del lugar es una fotografía grande en blanco y negro de su mentor, su roca, su admiración y padre; el maestro Alfredo Sinclair en toda la entrada, justo al abrir la puerta.
Paso adelante y ahí está ella sencilla, espontánea, me saluda como si nos conocieramos de toda la vida, cercana y amable.
Finalmente nos sentamos a conversar y surgen recuerdos tan interesantes como el hecho de que eran familia sencilla y humilde sin muchos recursos económicos, que su madre a pesar de ser una mujer con pocos estudios era inteligente, con sentido común y visionaria, precisamente el motor del hogar y la que muchas veces le mostró el camino a su esposo, a la hora de decisiones importantes.
Familia muy religiosa que debían rezar el rosario todos juntos antes de salir a jugar en la tarde inclusive. Misma espiritualidad que la acompaña hasta estos días y la ayuda a seguir el camino correcto cuando se siente indecisa. Y la verdad creo que ha sido escuchada, porque la paz y la certeza con la que habla Olguita es ese punto al que todos quisieramos llegar. Da gusto!
Me contó con jocosidad que la gente que no la conoce se atreve a veces hasta a juzgarla sin saber que ella hizo toda su colegiatura en escuelas públicas, viajando en bus de ruta jajajajaja mojándose los pies y algo más en época de lluvia y que su baile de graduación fue en el Cosita Buena, al cual sus padres no la dejaron asistir. Y digo yo: Qué más baño de pueblo que ese Olguita??, creo que a mí tampoco me hubiesen dejado ir. Jejeje
Pero Dios tenía destinada una gran sorpresa para ella, cuando al graduarse sus padres hicieron todos los sacrificios y consecusión de beca para que pudiese viajar a Madrid a estudiar, gracias a la insistencia de su madre, ahí pasó algunos años. Todo este mundo se abriría a sus ojos hambrientos de conocimiento, luego de recibir dos únicos consejos antes de partir:
1) Que se quitara todo pensamiento estrecho de su mente de lo que aquí estamos acostumbrados como pueblo pequeño al fin, que abriera bien sus ojos y permitira entrar la grandeza.
2) Su padre sabio le dijo: parafraseando «nunca, jamás accedas por ningún motivo a consumir drogas, en el mundo artístico la gente so pretexto de inspiración pasa las bandejas de las mismas, y creen que pueden controlar sus bajos instintos, pero eso no lo controla nadie, no permitas que todo ese talento y esa belleza que llevas por dentro se desperdicie de esa manera, perderíamos a Olguita y eso no es lo que queremos», y aquí es dónde Olga me dice: «te imaginas yo que soy tan activa, con eso me treparía por las paredes, no que va!», y luego de contarme una anécdota de como «chifió» astutamente a personas que le ofrecieron las drogas en aquella época de juventud; me indica con orgullo que jamás en su vida las ha consumido y que no ha hecho falta, y le creo porque ella piensa igual que yo, no hay como tener control de mente y cuerpo de todo lo que hagas en esta vida. Agradeció ese consejo toda la vida.
Luego de aquella época de estudios, empiezan sus viajes, aprende 5 idiomas que sigue dominando, conoce y se enamora de quien fue su esposo por 21 años y padre de sus dos hermosas hijas, con quienes siguieron viajando por el mundo; hoy en día ambas adultas y profesionales realizadas, con vastos estudios y dominio de varios idiomas también. Se le nota por encima de la ropa su orgullo de madre.
Decidieron divorciarse en buenos términos, son muy buenos amigos y padres amnegados.
Y empieza una nueva etapa en la vida de Olguita, habiendo pasado los 40’s y comenzando los 50’s (Ojo «chicas» de todas las edades: jamás es tarde!); ella descubre que tenía muchos admiradores, hombres dispuestos a conquistar su amor y ofrecerle una relación estable.
No es hasta aproximadamente 4 años más tarde que conoce a quien ha llenado todas sus expectativas para compartir su vida, su actual pareja que reside en la ciudad de Barcelona, y hasta la fecha son felices y lo disfruta.
En ese ir y venir de la vida, una persona muy sabia le dijo que ella había alcanzado muchos escalones en esta vida, pero que desde allí arriba debía estimular a la gente para que escalara a la par de ella, no bajar a resolver las situaciones de la gente. Olguita lo tomó como mandato divino y efectivamente decidió desde ese momento que apoyaría a los demás con consejos y guías, pero ya no más tomarse a pecho los problemas ajenos, al final muchas de esas personas no lo agradecen. Y saben que?, pues tiene toda la razón, más sabio que eso NO hay.
Y bajo la premisa de Invictus: «Soy el amo de mi destino y Soy el capitán de mi alma»
Es cuando decide que esta humanidad tiene esperanza a través de los niños que aun se pueden moldear y crea la Fundación Olga Sinclair en San Felipe que ayuda a niños y adolescentes de escasos recursos a manifestarse con el arte y conocer en primera persona a través de ella y sus relatos ese inmenso mundo al que todos no podemos acceder por falta de recursos. Me contaba con agrado que la inspiración para pintar la encuentra en melodías clásicas como Vivaldi y los niños poco a poco se han ido acostumbrando a esa buena música que les recuerda a la tía Olguita como le dicen de cariño; y que inclusive ellos han ido hasta cambiando a sus propios padres que a veces llegan a recogerlos con el regueton a todo lo que da. Jajajajajajajaja casos y cosas de la fundación.
En nuestra extensa conversación también me comentó que ya a estas alturas de la vida cada vez le cuesta mas sostener conversaciones banales y prefiere muchas veces la compañía de un buen libro o chatear en el celular con sus niños de la fundación que se hacen llamar «Los Olguitos», inclusive algunas veces los ha llevado de viaje, porque ella siente que les hace falta mundo, para que se inspiren, conozcan y aprendan.
Olguita es un ser humano extraordinario, enriquecedor, oirla hablar no solo da gusto sino que provoca seguirla escuchando por horas y horas, tiene anécdotas para escribir varios tomos de un grupo de enciclopedias. Llena de planes, de proyectos y metas, como si todo lo conseguido fuera poco, es que la sensación que da luego de hablarle es de que todo lo puedes lograr. Gran lectora, con un bagaje cultural impresionante y envidiable. Se enorgullece de decir que su belleza radica en su intelecto y que no la ofende quien le critique algo superficial como cuerpo, cabello etc., pero si le llegaran a decir bruta o ignorante ese sería el peor insulto. Jijijijiji esa mismita soy también, aunque me faltan varias vueltas a la tierra o más bien al sistema solar para alcanzar el intelecto de Olguita.😂😂
Me causó mucha curiosidad que dentro de sus consejos a mujeres de 40 y más no solo es que siempre hay oportunidades de todo y para todo en la vida (puede dar fe de eso su novio Catalán)😋😋; sino que no vale la pena quejarse, dice ella que perder tiempo en eso en vez de pensar como vamos a resolver nuestros asuntos es inútil. Todo el que está abajo puede salir de abajo si se lo propone, lo demás son excusas.
Pues bien! No quejarse y tener visión es la clave, seguir adelante cueste lo que cueste hasta lograr nuestros objetivos. Y nunca dejar de soñar.
Finalmente ya cuando nos despedíamos me dice que su padre que tuvo la dicha de tener por 99 años; antes de morir le dijo que los artistas entre los 50 y 75 años realizan su «Obra Maestra» y ella siente que cada cosa que pinta en esta época de su vida es su gran obra maestra.
Hasta pronto Olguita bella; que se repita. En esas dos horas me monté en una montaña rusa donde reí y lloré y me volví a reir porque así de fantástica eres; amante de las mascotas aunque no tengas por falta de tiempo y buena bailadora en tiempos de fiesta, eres ejemplo clarísimo de que la vida comienza a los 40.