En el Mar la Vida es más Sabrosa


  
  
Por estar el verano en su punto; este mes mi experiencia investigativa se dirige al mar.

Pues sí, con tanto barco, bote y yate que anda para allá y para acá de repente me vi sentada frente a mi amigo Jair Rojas en las oficinas de EVERMARINE en una de las marinas panameñas.

Toda diva cuarentona si no tiene a estas alturas algún conocimiento de esto no está en nada.

De una manera divertida entramos mi hijo JR y yo a la marina y nos dimos cuenta que eso era otro mundo, muy alejado del diario vivir del panameño común y corriente.

En lo que todos estamos más que claros es que tener un «bote» como lo llama Jair, solo es para personas económicamente muy privilegiadas.

Los yates se miden en pies; y en la parte lateral de cada uno de ellos se encuentra la numeración que lo indica; desde 35 pies empiezan las hermosas naves en esta marina; y cuestan desde miles hasta millones de dólares; algunos vienen equipados completamente para el deporte de pesca; otros solo paseo pero son los menos.

Los acabados realmente extraordinarios y con tecnologia de punta porque lógico, nadie quiere quedarse varados en el medio del mar. Inclusive hay quienes deciden gastarse bastantes miles de más y le ponen regulador/estabilizador especial para evitar mareos al navegar (según Jair es la tapa del coco) jajajaja pero cuesta tanto que muchos lo piensan.

Los barcos los traen en su mayoría de Estados Unidos (registrados allá); cada cliente pide el nùmero de camarotes y baños que desea; así como los acabados y las telas que pueden ser hasta de diseñador; la suma en detalles y excentricidades es determinada por la cantidad de $$ que el cliente desee aflojar jejeje el cielo es el límite. Que sabrosura!😎

Pero ahí no termina la cosa; cada barco debe tener un depósito en la marina de donde le van descontando lo que podriamos llamar un alquiler por el uso del espacio, también cada barco debe contar con una tripulación de dos o tres que son personal de planta permanente; dedicados al cuido, revisión y mimo diario al juguetito (uno de ellos el capitan, que debe tener toda la expertiz, conocimiento y experiencia) al final del camino es a ellos a quienes les confían su vida y la de sus familias.

Estos caballeros (los capitanes) deben mantener un còdigo de ética y discreciòn a otro nivel; muchas veces las visitas, conversaciones y disfrute de los botes es de categoría «clasificada».

Previo a cada salida con los jefes, el capitán debe hacer una prueba de mar; que consiste en hacer la vuelta para evitar cualquier falla y corregirla.

A diferencia de otros países; en Panamà los dueños de yates son sumamente celosos con sus naves, al parecer existe un código secreto de «No presto mi bote a nadie», muchos de ellos ni a la familia.

Otro dato curioso es que tampoco alquilan sus botes personales. Quienes alquilan es porque han comprado el barco exclusivamente para esa función y generalmente no son nuevos sino de segunda. También hay quienes hacen trade in con sus barcos que ya tienen añitos.

Conversando un poco más yo le comentaba que recuerdo que antes la gente tenía hangares; y èl me dice que sería lo más sano para los botes pero tener un hangar es difícil de conseguir e igual de costoso; así que optan por las marinas.

En fin, pasamos un tiempo estupendo sabiendo un poco sobre ese mundo del jet set que pocos conocen y parece todo un espectáculo. No estaría mal salir a dar una vueltita pero rápida porque mi estómago no se lleva con el mar, pero la experiencia bien valdría la pena. 😋😋😋

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